Karen Rojas Andia / Paulo Rivas Peña
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La recolección y sistematización de información a manos de las universidades es clave para generar puentes entre las empresas del sector privado -o del sector público- y las comunidades, de esa manera, las casas de estudios pueden cumplir adecuadamente el rol de intermediarias entre ambos actores.
Así lo expresó Mario Bazán, director de la Escuela de Economía y Gestión Ambiental de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), quien añadió que -incluso- el Estado puede hacer uso de una base de datos concerniente a una población en particular, gracias a la investigación efectuada por las referidas instituciones.
Mediante un rol facilitador, las universidades, explicó Bazán, pueden articular las iniciativas de la comunidad con los intereses de la empresa y facilitar los procesos para que ambas partes lleguen a un acuerdo, lo cual contribuye a dinamizar proyectos concretos.
En esa línea, desde la universidad -refirió- es posible entablar relaciones con municipios locales y empresas mineras para actualizar y viabilizar planes de desarrollo concertado con miras al desarrollo local.
“Hay espacios en los que la empresa y la universidad pueden trabajar de manera conjunta, por ejemplo, en todo el campo de responsabilidad social, ahí hay un área en que la universidad puede cumplir un papel bien interesante”, añadió.
De ese modo, para que la empresa y la comunidad lleguen a un mejor entendimiento, la universidad puede actuar como intermediaria y así dinamizar ideas y propuestas.
Desafíos
A pesar del potencial, Mario Bazán reconoció la poca capacidad de investigación de algunas universidades. Adicionalmente a ello, -indicó- otras instituciones buscan de información en áreas que no necesariamente son de interés para el sector empresarial.
En sus palabras, “lo que se requiere es que la universidad y la empresa se acerquen, se comuniquen y puedan determinar cuáles son los campos y el tipo de información que se requiere. Hay que formar a los profesionales de hoy para los desafíos del futuro, y eso implica un dialogo entre empresas, universidades y Estado”.