(AFP).- Se percibía una especie de arte dramático en el último día de la Semana de la Moda de Nueva York, teniendo como protagonistas a Marc Jacobs, Ralph Lauren y Calvin Klein, quienes presentaban sus respectivas colecciones para la temporada otoño/invierno 2016.
La muestra de Jacobs fue la más audaz, resaltando el look de inspiración gótico que ha aparecido en infinidad de pasarelas de Nueva York en esta temporada, convirtiéndose así en un espectáculo visual y operístico.
Desde las altísimas botas de plataforma a la rodilla hasta las prendas tejidas de gran tamaño y los extensos collares de plumas, esta era una colección que irradiaba maestría escénica.
Las proporciones fueron la piedra angular del drama, con extensos abrigos, exuberantes pieles y capas tras capas de adornos que ofrecían una silueta atrevida, mientras que la combinación ecléctica de polos de conciertos y elegantes trajes de noche borraban todos los límites.
La colección de Ralph Lauren también fue ideada en un arrojo de moda desfachatada. “Para mi colección femenina otoño 2016, me he inspirado en una mujer que se atreve a ser ella misma”, explica el diseñador, contextualizando los conjuntos masculinos que se centran en los pantalones de tweed, chaquetas de punto con botones, suéteres de pescadores y chaquetas de doble botonadura, que luego se transformaron en un homenaje al romanticismo del rock and roll.
Incluso el normalmente tranquilo Calvin Klein fue arrastrado por la osadía, al presentar una colección que, aunque imbuido de un look elegante y minimalista, también incorporó vestidos sueltos con fascinante estampado de animales. Pieles con estampado dálmata fueron colocadas sobre vestidos de leopardo y una gabardina atigrada inyectaron una crudeza en la colección.