(Bloomberg) Una demanda presentada contra Facebook en nombre de víctimas del terrorismo en Israel ilustra algunas de las complicaciones de recurrir a la justicia para remediar el extremismo violento. Afortunadamente, existen mejores maneras de resolver el problema de los militantes que aprovechan los medios sociales.
Los abogados de las víctimas demandaron a Facebook ante la justicia federal de Manhattan este lunes, solicitando UD$1.000 millones por daños y perjuicios. Alegaron que la compañía estadounidense permitió que militantes palestinos de Hamas, considerado por el gobierno estadounidense como una organización terrorista, usaran el servicio online para planificar ataques en los que cuatro estadounidenses resultaron muertos y otro herido en Israel, Cisjordania y Jerusalén. “En pocas palabras, Hamas usa a Facebook como herramienta para dedicarse al terrorismo”, escribieron los abogados. La demanda alega que Hamas ha utilizado a Facebook para comunicar información e instrucciones operativas con el fin de llevar a cabo ataques.
Más allá de la posición que se tenga respecto del conflicto en Medio Oriente, lo cierto es que la demanda contra Facebook enfrenta algunos escollos legales graves. En primer lugar, existe la llamada disposición de salvaguarda de la Ley sobre Decencia en las Comunicaciones. Dicha medida protege a los proveedores de servicios online, como Facebook, de cualquier responsabilidad relacionada con lo que dicen sus usuarios. La demanda contra Facebook sostiene que la Ley de Antiterrorismo de 1992, que prohíbe brindar apoyo material a grupos terroristas, debería prevalecer sobre la ley de decencia en las comunicaciones.
La protección de la libre expresión de la Primera Enmienda podría presentar otro obstáculo legal. Hamas se apresuró a ampararse en ella. Mushir al-Masri, alto dirigente de Hamas, dijo a Bloomberg News por teléfono que “demandar a Facebook pone claramente en evidencia la política estadounidense de combatir la libertad de prensa y expresión” y demuestra el prejuicio estadounidense contra el grupo y “su causa justa”.
A la luz de esas posibles obstrucciones legales, la aplicación de una tecnología de bloqueo efectiva podría funcionar mejor que un litigio, dijo a Bloomberg el experto en terrorismo en internet de la Universidad de Haifa, Gabriel Weimann. El objetivo debería ser desarrollar formas más veloces de detectar mensajes problemáticos para poder bloquearlos de inmediato, antes de que se vuelvan virales, dijo Weimann. “Facebook no es la única plataforma”, agregó. “Hay muchas otras. ¿Qué van a hacer? ¿Demandarlas a todas?”
Facebook se negó a hacer declaraciones en forma inmediata sobre la demanda pero dijo que “en Facebook no hay lugar para contenido que aliente la violencia, las amenazas directas, el terrorismo o el discurso de odio”.
Facebook sabe cómo hacer lo que recomienda Weimann. En marzo la compañía eliminó una página que propiciaba una nueva revuelta palestina contra Israel por hacer “incitaciones directas a la violencia”. Mejores algoritmos aplicados en forma más enérgica podrían lograr mucho más que juicios prolongados de miles de millones de dólares. De hecho, Facebook haría bien en analizar una resolución de este caso fundamentada en una tecnología de bloqueo mejorada, dirigida contra el fanatismo violento de todo tipo.