AFP.- “¡Hay una luz que nunca se apaga!”. El sol se ponía en el homenaje a las víctimas en Mánchester, cuando un asistente recurrió al genio musical de la ciudad para levantar los ánimos.
El verso -“There is a light that never goes out”- pertenece a una canción de 1986 de The Smiths, una de las bandas de Mánchester más famosas del mundo.
Otros grupos de la ciudad del noroeste de Inglaterra son los Bee Gees -los hermanos Gibb, antes de que su familia se mudara a Australia-, los Buzzcocks, Joy Division, 808 State, New Order, The Stone Roses, Oasis, The Verve o Take That.
La ciudad estuvo al frente de la revolución punk de finales de los setenta, del “Acid House” que dominó la pistas en los 80, y de la ola “Madchester”, que en los noventa fusionó guitarras y ritmos en bandas como The Stone Roses y Happy Mondays.
El disc-jockey Dave Haslam, que ofició en la legendaria discoteca Hacienda, epicentro del Acid House, dijo a la AFP que el carácter independiente y obrero de la ciudad fueron clave en su fertilidad creativa, y que lo serán en la respuesta al atentado que el lunes dejó 22 muertos y 59 heridos, precisamente al término de un concierto.
“Siempre tuvo un espíritu independiente, que una ocasión se expresaba a través de las sufragistas y, en décadas más recientes, a través de la música”, añadió.
Emmeline Pankhurst, que lideró el movimiento a favor del voto femenino, era de aquí.
La “razón de ser (de la ciudad) era el poder industrial, pero eso se esfumó. A finales de los años setenta ya no quedaba casi nada, almacenes y desempleo”, añadió Haslam.
“La gente recurrió de nuevo al ingenio, a expresar cosas que no se oían”.
‘Nada nos hundirá’
El patrimonio musical de la ciudad está en deuda con el romanticismo literario de los miles y miles de inmigrantes irlandeses que se instalaron en ella durante siglos.
Mánchester y la cercana Liverpool -otro lugar “santo” de la música- eran los primeros puertos que encontraban quienes cruzaban el mar de Irlanda.
Algunos de los músicos más celebrados de Mánchester, como Morrissey y Johnny Marr, de The Smiths, y los hermanos Gallagher, de Oasis, eran de ascendendia irlandesa.
La industria del algodón creó mucha riqueza y orgullo ciudadano a principios del siglo XIX, convirtiéndose en un vivero de reformas políticas y económicas, y en vanguardia del libre comercio, como quedó plasmado en el Free Trade Hall, el centro cívico construido en 1853.
Este centro fue escenario del concierto de Bob Dylan, en 1966, en el que un espectador le lanzó el famoso grito de “Judas”, cuando el cantante folk cambió la guitarra acústica por la eléctrica. También los Sex Pistols actuaron ahí en 1976, en un concierto que influyó en el nacimiento de The Smiths, The Fall y Joy Division, como ellos afirmaron.
La militancia y el compromiso de los músicos con su ciudad se puso de manifiesto en la respuesta al atentado del lunes.
Morrisey cargó a diestro y siniestro, contra políticos y contra la reina Isabel II, “que recibió elogios absurdos por sus ‘palabras contundentes’ contra el atentado, pero no suspendió su fiesta en el jardín del palacio de Buckingham”.
Johnny Marr afirmó que “Mánchester permanece unida”, y tocó el martes en la ciudad, con el grupo canadiense Broken Social Scene, una emocionante versión de “Anthems For A Seventeen-Year-Old Girl”, “Himnos para una muchacha de 17 años”.
Peter Hook, responsable de algunas de las líneas de bajo más famosas como miembro de Joy Division y New Order, reveló a la radio BBC que su hija estaba en el concierto, y que salió ilesa.
“No puedo ni imaginarme lo que otras personas están sufriendo hoy. La gente es fuerte, saldrán adelante, nada nos hundirá”, estimó Hook.