(Bloomberg) Virgin Galactic de Richard Branson se prepara para reanudar vuelos de prueba más de dos años y medio después del accidente de su cohete experimental, conforme el empresario multimillonario aspira a realizar él mismo el primer viaje al espacio a mediados del próximo año.
Tras la finalización de una serie de vuelos sin motor, las pruebas motorizadas se realizarían cada tres semanas con el objetivo de extenderlas al espacio en noviembre o diciembre, dijo Branson en una entrevista.
Después de su propio vuelo, las operaciones comerciales con pasajeros deberían comenzar a finales de 2018, dijo.
La actualización de Branson es la más detallada desde el accidente del SpaceShipTwo original de Virgin Galactic en octubre de 2014, cuando el copiloto Michael Alsbury murió tras desbloquear prematuramente un mecanismo de freno que destrozó la nave.
Aunque el accidente en el desierto de Mojave se produjo pocos meses antes de la fecha programada para el vuelo comercial inaugural, Branson dijo que el apetito de viajar al borde del espacio permanece intacto, dejando lugar para una serie de competidores.
“Nunca seremos capaces de construir suficientes naves espaciales”, dijo Branson en Hong Kong tras la introducción de vuelos de Virgin Australia Holdings desde Melbourne. “La demanda es enorme”.
Branson fue uno de los pioneros en la nueva carrera espacial después de fundar Virgin Galactic en 2004.
Desde entonces, rivales como Blue Origin respaldado por Jeff Bezos y Space Exploration Technologies, o SpaceX de Elon Musk, han ganado terreno centrándose en cohetes reutilizables para reducir el costo de los viajes espaciales.
Mercado de satélites
El empresario británico, que cumplirá 67 años el 18 de julio, dijo que los sistemas de lanzamiento tienen un papel que jugar, especialmente en el despliegue de satélites, considerado como un pilar fundamental del futuro negocio de Virgin Galactic.
El brazo Virgin Orbit de la compañía está trabajando en un cohete lanzado por aire en dos etapas que llevaría satélites pequeños, con cohetes de prueba que serían lanzados desde un avión en el primer trimestre de 2018, dijo.
“Definitivamente hay demanda para los tres”, dijo Branson de las empresas que compiten. “Podemos despegar con avisos de 24 horas, poner un par de satélites arriba y volver otra vez. Con los cohetes terrestres, hay bastante tiempo de espera. Elon tiene cohetes más grandes, por lo que tiene ventajas allí”.
Branson se rehusó a comentar directamente sobre el anuncio de Donald Trump el 30 de junio de que resucitará un consejo de la era de la Guerra Fría que ayudó a dar forma a la política espacial o sobre la sugerencia del presidente de Estados Unidos de que las empresas privadas deban desempeñar “un papel importante” en la próxima fase de la tecnología espacial.
Virgin Galactic también jugará un papel en el desarrollo de elementos del avión supersónico planeado por Boom Technologies, dijo Branson, y construirá partes del demostrador XB-1 en el que la empresa estadounidense planea comenzar a trabajar antes de finales de este año.