La lucha de los relojes suizos en tormenta financiera

La subida de la divisa suiza ha marcado la edición 2015 del Salón Internacional de Alta Relojería de Ginebra (SIHH). Un inconveniente para unas firmas que cada vez apuestan más por productos razonables y la contención de precios.

¿Se imaginan que están preparando unas vacaciones al Caribe y una semana antes anuncian que un ciclón va a arrasar la zona? Pues algo parecido debieron de sentir las firmas que han participado en la edición 2015 del Salón Internacional de Alta Relojería de Ginebra (SIHH).

Su inauguración tuvo lugar el 19 de enero, pero la fiesta comenzó cuatro días antes. El Banco Central suizo anunciaba por sorpresa el jueves anterior que abandonaba la paridad con el euro.

La reacción ya es conocida: el franco suizo subió su cotización un 30% y, con ello, los precios de todos los productos nacionales exportados a la Unión Europea . Dicho con otras palabras: el mayor golpe que se recuerda en muchos años al rubro de relojes de lujo , una de las principales industrias del país.

Esta decisión se presentaba como la puntilla para un sector que no ha vivido en 2014 su mejor año. Según las cifras de los últimos meses, los buenos resultados de los destinos tradicionales del sector no logran enderezar la situación de inestabilidad que viven mercados emergentes como el chino o el ruso.

Todos los ingredientes unidos presumían un salón revuelto. Pero la sensación fue otra muy distinta: la calma era la norma común entre los responsables de las marcas.

“Ésta no es la primera crisis que vivimos y de todas las anteriores hemos salido reforzados”, apuntaba Georges Kern, consejero delegado de IWC.

Misma tranquilidad denotaban las palabras de Daniel Riedo, CEO de Jaeger-LeCoultre. “La noticia es la apreciación del franco suizo, pero en el último mes hemos vivido una fuerte subida del dólar que nos ha beneficiado en las exportaciones. El 60% de nuestras ventas se realiza en esta moneda”.

Ambas firmas pertenecen al grupo Richemont, representando en su totalidad en el SIHH, completado con las firmas independientes Audemars Piguet, Parmigiani, Richard Mille y Greubel Forsey.

Entre las decisiones tomadas por todo el grupo durante el SIHH estuvo el establecer una política común de precios y equilibrar la disparidad con el euro mediante una subida controlada del 6 ó 7%.

Tormenta financiera
La cantidad exacta y el cuándo realizarla se decidirá más adelante, razón por la cual los precios que acompañan a estos relojes son una estimación hasta conocer los definitivos. Serán más altos, de eso estamos seguros.

“La subida de precios consensuada es un mal menor”, nos comentaba un distribuidor español de relojes suizos. “El 60% del PIB de Suiza procede de las exportaciones, y más de un empresario ya ha dicho al Gobierno que si no toman medidas, no tendrán más remedio que echar a la calle a trabajadores”.

La amenaza es real: los subsidios de los desempleados suizos son soportados íntegramente por la administración pública, y hablamos de cantidades muy respetables.

En tanto, la indignación de los relojeros tomó cara en Edouard Meylan, director ejecutivo de H. Moser & Cie, una pequeña firma de la localidad de Schaffhausen.

“Un pensamiento cruza por mi mente: ¿por qué no mover mi manufactura dos kilómetros hacia el interior de Alemania y continuar con el negocio como siempre, dentro del marco de la Unión Europea “, comentó a las autoridades suizas en una carta abierta publicada al día siguiente del anuncio.

El aspecto más curioso de la tormenta monetaria ha sido su explosión en un salón del que llamaba la atención la contención de las propuestas.

Los discretos resultados citados anteriormente han llevado a las marcas a manejarse con cautela en sus propuestas. Una estrategia que les ha permitido estar preparados para convulsiones externas como la actual.

La tendencia general ha sido la consolidación y racionalización de las colecciones. Sólo firmas como Montblanc, en plena expansión de su producto relojero, se han permitido una apuesta fuerte por nuevas colecciones completas.

La norma han sido unas novedades que han venido a cubrir huecos existentes en las actuales colecciones o están destinadas a un grupo muy selecto de coleccionistas, principalmente interesados en ediciones limitadas.

Los movimientos siguen siendo parte esencial del día a día de las firmas: un trabajo quizás no tan llamativo para el aficionado ávido de novedades, pero fundamental para la consolidación de las producciones.

En este caso destaca el anuncio de cinco nuevos movimientos de IWC, uno de los cuales será un cronógrafo destinado a suplir las referencias básicas de sus colecciones.

En un nivel superior las decisiones varían entre la elaboración de mecánicas inéditas, como Vacheron Constantin y sus cronógrafos, y la actualización de calibres ya contrastados, con el ejemplo de Piaget o Jaeger-LeCoultre.

La estabilidad, e incluso caída, de los precios medios ha sido una constante en la feria, lo que confirma la solución que apunta Georges Kern para capear la crisis: “Vender relojes más baratos”.

Para los mortales puede sonar a sentencia de perogrullo, pero hablamos de un sector definido en la última década por un increíble y constante aumento del precio medio del producto. Por fin parece que la sensatez ha llegado al mundo de la relojería.

Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Periodismo Económico (RIPE)

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