A cinco meses de que inicien las pruebas olímpicas de Río 2016 , se ha corroborado que la demanda no ha estado acorde con las expectativas, pese a que un total de 7.5 millones de tickets fueron liberados. La crisis económica que atraviesa Brasil ha generado así una dura repercusión en la organización de los Juegos Olímpicos: al recorte de US$ 500 millones en el presupuesto y al retraso en ciertas obras de infraestructura, se suma que las entradas que han sido vendidas están por debajo de lo esperado.

Si bien los boletos para los eventos premium, así como los de la ceremonia de inauguración, ya están agotados, aún quedan pendientes. Eso porque los datos oficiales del Comité Olímpico Internacional muestran que esa situación se observa sobre todo en Brasil: de los 4.5 millones de entradas que se dirigen al público local, apenas se ha vendido la mitad; mientras que de aquellas liberadas en el resto del mundo, ya se han adquirido cerca de 75%.

Contraste
“(Las ventas) van más lentas de lo normal, en parte por la crisis económica” –dijo el portavoz. “Pero los mejores boletos se venden rápidamente”.

La situación no se compara a la de Londres 2012, que alcanzó su objetivo de ingresos por venta de entradas varios meses antes de la apertura.

En cuanto al progreso de los preparativos, que ha debido encarar la crisis, a lo que se suma la epidemia del virus del Zika, miembros del COI confían en que el evento deportivo será un éxito, puesto que los avances van por buen camino. Se prevé que la expansión del metro de Río estará lista según los plazos. Además los avances de las sedes ya están garantizados casi en un 95%.

Aun así, queda la inquietud sobre la contaminación. Según Infobae , una investigación reciente confirmó que la presencia de agentes patógenos se extiende en aguas alejadas de la costa donde desembocan ríos fé- tidos, con aguas residuales, donde se harán varias competencias acuáticas.