KAREN ROJAS ANDIA
karen.rojas@diariogestion.com.pe
Jorge Málaga es un hombre multifacético. Su pasión por los efectos especiales, a raíz de su inmersión en el mundo del cine, lo llevó a EE.UU. y luego a Argentina. Ahí nació su interés por la escenografía. “Soy un escenógrafo que se volvió arquitecto, y no al revés”, aclara. A la fecha, ha estado detrás de cinco obras teatrales; una de ellas lo retó pero “lo volvería a repetir”.
¿Cuántas escenografías contempla, en general, una obra?
Suele haber una escenografía. En “Esperando la carroza”, sin embargo, la escenografía era una casa que, de pronto, se elevaba y aparecía otra.
¿Cómo asumió ese desafío?
En ese entonces, era un reto hacer algo así para un teatro pequeño como La Plaza, y lo solucionamos con sistemas automáticos. Pero para una sola obra de teatro (“Un hombre con dos jefes”) he hecho cinco escenografías. Cuando me reuní con Los Productores para ese proyecto, salí mareadísimo (risas).
¿Cuál era el planteamiento?
Pensé que se trataría de una escenografía sólida: una casa o lo que fuera. Cuando me cuentan la idea, supe que era una obra con seis cambios totales de escenografía.
¿Cómo lidió con eso?
Estuve varios días con calculadora, porque me salía linda una (maqueta) pero no entraba el segundo (cambio), o si entraba se malograba el tercero. Rompí cinco maquetas antes de presentar una propuesta descartando una escenografía.
¿Y el resultado?
Son escenografías de una casa al sur de Italia, una calle, el interior de un hotel, un bar y un puerto. Hay ambientes de 6 metros de alto y 12 de ancho, de casi una tonelada. Un sistema de poleas hizo posible retirar una escenografía completa para colocar otra, y así sucesivamente.
Hablemos de tiempos…
Solo la preparación del diseño escenográfico demandó cuatro meses. Después viene el armado, que puede tardar entre 10 y 20 días adicionales, pero previamente (los materiales) pasan por un taller, y eso toma aproximadamente más de un mes.
¿Qué determina los costos?
El área y el diseño. Sí hay costos elevados. Digamos que ciertas telas pueden costar hasta US$ 200 el metro, pero, como comprenderás, en una escenografía no entra ni un metro ni cinco ni diez (risas).
¿Es engorroso conseguir todos los materiales?
Tenemos que encontrarlos, aunque debamos ir a las afueras de Lima, a Puente Piedra o a las empresas de demolición de Barrios Altos. Eso sí, lo que no se consigue, se fabrica.
¿Con qué equipo hay un trabajo más cercano?
Cuando leo el guión, defino los colores. Cuando el director aprueba la paleta, recién entra el equipo de vestuario. Ellos me dicen si tienen un vestido rojo, porque si yo tengo un sillón de ese color chocamos. Utilería y ambientación se incorporan después. Todos trabajamos amarrados.
¿A qué otros aspectos presta atención al leer el guión?
A los movimientos y desplazamientos de los actores. Necesito saber cuántos son, cuántos van a estar presentes en un determinado momento, qué acciones harán. Una vez que conozco todo el tránsito, decido dónde colocar una puerta o una escalera.
EL DATO
Manos a la obra. Málaga ha sido escenógrafo de obras como “Cocina & zona de servicio”, “A la gente le gusta el té”, “Esperando la carroza”. La más reciente es “Un hombre con dos jefes”.
HOJA DE VIDA
Nombre: Jorge (Koky) Málaga.
Profesión: Comunicador y arquitecto.
Edad: 40 años.
Estado civil: Soltero.
Hobby: Correr tabla y hacer música.
