(Bloomberg) La próxima semana en Nueva York, los dos rivales competirán por vender casi al mismo tiempo las colecciones de arte contemporáneo de dos hermanas. Tal vez de forma apropiada dadas las circunstancias, las dos hermanas no se hablan.
La competencia involucra a las hijas del extinto Jerry Spiegel, un ex agricultor de Long Island devenido magnate de bienes raíces, y su esposa Emily.
La pareja cultivó una vocación rentable: encontrar artistas jóvenes destinados a la grandeza. Acumularon las primeras obras de firmas como Jean-Michel Basquiat, Julian Schnabel y Jeff Koons.
Los Spiegel, que murieron hace ocho años, dejaron la colección a sus dos hijas, cada una de las cuales recibió la mitad del valor total estimado. Para las subastas de este mes, una eligió a Christie’s y la otra a Sotheby’s, aunque no sin intrigas entre las dos subastadoras.
Las firmas esperan que las obras se vendan por más de US$160 millones, y se trata de los dos mayores lotes de la temporada de subastas de primavera (boreal).
Las subastas rivales del 17 y el 18 de mayo son una muestra de los desafíos que plantea la valuación de los bienes en los que interviene el arte, así como de las duras aristas y ánimos contenciosos que hay detrás de lo que podría parecer un negocio gentil.
“Es despiadado”, dijo Doug Woodham, ex presidente de Christie’s en las Américas y autor del libro “Art Collecting Today”. “Las casas de subastas luchan con gran energía para ganar un negocio”.
Las herencias cuantiosas son cruciales para las casas de subastas. Los especialistas pasan décadas cultivando relaciones con las familias ricas y sus abogados con la esperanza de ser elegidos cuando llegue la hora.
Las subastadoras cobran una comisión que baja a medida que asciende el precio del artículo y que por lo general oscila entre el 25 y el 12 por ciento.
Las ventas de lotes de grandes fortunas despiertan mucha expectativa. En noviembre, Sotheby’s, que tiene sede en Nueva York, vendió la colección de arte del extinto astro de rock David Bowie.
Unos 56,000 aficionados pasaron por las galerías para ver las obras, que cosecharon US$ 41.1 millones. En 2011 y 2012, la londinense Christie’s vendió arte, ropa y joyas de la actriz Elizabeth Taylor por US$ 183.5 millones.
Sin embargo, esos lotes grandes tienen riesgos especiales. Clientes sagaces buscan cada vez más enfrentar a las subastadoras entre sí para conseguir mejores tratos. En particular, los vendedores piden precios mínimos garantizados, independientemente de lo que pase en las subastas. Si los compradores no suben la oferta, la subastadora queda obligada por la diferencia.
En 2015, por ejemplo, Sotheby’s acordó renunciar a su comisión al vender la colección del fallecido A. Alfred Taubman, su ex presidente, hasta que las ventas alcanzaran los US$ 509 millones. La noticia hizo que las acciones de Sotheby’s se desplomaran.
Aunque el lote de los Spiegel es más pequeño, la pareja ya aparecía en la década de 1990 en la lista anual de ArtNews de los mayores 200 coleccionistas. Donó el “Doble Elvis” de Andy Warhol al Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Las hijas de los Spiegel -Pamela Sanders, de 60 años, y Lise Spiegel Wilks, de 59- ya mantenían un enfrentamiento de origen desconocido cuando sus padres murieron en 2009. Personas cercanas a ambas partes confirmaron que seguían distanciadas.