En menos de dos meses, Perú volverá a ser capital del séptimo arte de la región a lo largo de nueve días. La vigé- sima edición del Festival de Cine de Lima se desarrollará entre el 5 y 13 de agosto y el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica ya afina los detalles para la fiesta cinéfila.
“Queremos celebrar el cine mirando hacia delante, hacia el cine que queremos tener. El festival ha sido un espacio de encuentro para cineastas peruanos con productores y otros profesionales del rubro de otros países y queremos que continué así, uniendo. Esta es una industria pequeña, pero ya está creciendo”, comenta Marco Muhletaler, director adjunto del Festival de Cine de Lima.
Para cumplir este objetivo, cuentan con un presupuesto entre los S/2 y S/3 millones. Sin embargo, los organizadores aún se encuentran buscando más auspiciadores para incrementar las cifras (ver otrosí digo). Con su apoyo, proyectarán más de 300 películas y documentales (en el 2015 el número fluctuó entre 300 y 400), veinte de los cuales competirán en los premios oficiales.
“Este no es un año fácil, pero ya tenemos algunos avances en este tema. Felizmente, el número de presentadores, que son los que más aportan para este evento, será el mismo que el del año pasado”, explica Muhletaler.
Rol peruano
El Premio del Jurado a la Mejor Película, en la sección Oficial Ficción, es uno de los más importantes del Festival de Cine de Lima. Por ello, este año se espera un mayor nú- mero de producciones nacionales que entren en esta competencia, pues “Pantaleón y las visitadoras” fue el último filme peruano que recibió dicho galardón en el 2000. No obstante, el número de cintas nacionales se incrementó en el evento del 2015, aunque no en competencia. En total, participaron 10, lo cual fue un récord que llevó a abrir la categoría “Hecho en el Perú”, que también continuará este año.
Pero Muhletaler recuerda que el Festival de Cine de Lima no solo consiste en la proyección de películas en salas de cine. También incluye conversatorios, reconocimientos y la muestra itinerante, que consiste en las transmisión de diferentes cintas al aire libre gracias a acuerdos con diferentes municipalidades.
“Por ejemplo, se pueden proyectar varias películas en la Plaza San Martín. El año pasado se transmitieron 19 de manera gratuita, aunque ahora el número probablemente sea menor, pero de mayor impacto para todo el público interesado”.
Proyecciones
La audiencia que participó en el Festival de Cine de Lima del 2015 se midió de dos maneras: a nivel virtual y presencial. En la primera modalidad interactuaron unas 400,000 personas y, en la segunda, otras 120,000.
Sin embargo, Muhletaler espera que este año incremente la participación a 150,000, por lo menos: “Queremos mejorar los horarios de las funciones de las tardes para incrementar en 15 o 20 por ciento la afluencia a las salas”. En tanto, en la muestra itinerante del 2015 se congregaron entre 17,000 y 20,000 personas y ahora quieren llegar a un 30 por ciento adicional. “Así se pueden formar públicos cercanos a otro tipo de cine”.