Diana Mujica Maguiña
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En simultáneo y muy cerca una de la otra se sucedieron las entrevistas a los escritores invitados a la última Feria del Libro de Lima.
En medio de ese ajetreo, Pablo Simonetti se movió despacio. Viste jeans, saco y zapatillas, su facha es impecable y su cabello tiene las canas justas. Es un hombre guapo y es además uno de los escritores más vendidos de su país, Chile.
Es también activista de los derechos de las personas LGBT y confeso homosexual desde 1988.
¿Cómo ve el sector editorial peruano frente al chileno?
No sé si tengo la autoridad para hablar sobre eso. Yo soy escritor, estoy en el lado creativo, pero soy consciente de que formo parte de una industria que tiene mejores plazas que otras.
¿Cómo lo ha tratado esa industria?
Creo que en Chile, al menos en mi caso, las cosas han ido muy bien en mi trato con las editoriales. Lo mismo en Perú con Alfaguara que ha promocionado muy bien mi última novela. En general, en la región ha ido todo bien conmigo, quizá diría que en Colombia falta un poco más de trabajo.
¿Cómo se logra que una editorial como Alfaguara le publique su primer libro de relatos cortos?
Bueno, no se da todo tan fácil. Yo había enviado el libro, pero no me dieron mayor ‘bola’. Además, hubo un cambio de director. Cuando me lo encuentro estaba seguro de que no querían publicarme, pero este nuevo director me dice: Pablo, te queremos publicar, pero no ahora mismo. Y tuve que esperar desde noviembre hasta mayo de 1999 para que el libro viera la luz.
¿Qué cree que determina una publicación?
A las editoriales las tienes que ir ganando para tu voz, para que se escuche lo que quieres decir. Y ellos hacen lo mismo. Los pobres tienen que ser sicólogos sociales para ir viendo qué libro será un boom y cuál no.
¿Usted vive de sus libros?
A ver, cómo te lo explico. Yo estoy entre los escritores más vendidos de Chile, creo que entre los tres con más ventas, y no logro vivir de mis libros. Pero sí logro vivir de la literatura: de conferencias, de columnas, del quehacer relacionado, eso sí.
¿Usted es un lector de los escritores clásicos?
Creo que los escritores empezamos leyendo a nuestros contemporáneos porque queremos mirar mucho qué se está haciendo; y acabamos leyendo solo clásicos cuando la carrera se consolida porque el tiempo no da para nada nuevo. En cambio, el editor hace ese viaje al revés, está obligado a ver las novedades.
¿Hubiera podido escribir una novela como “Soberbia juventud” hace unos años?
Yo no decido mis novelas en función de si las condiciones o el contexto son los mejores. Eso jamás debe estar en juego. Mi novela tiene un protagonista homosexual contemporáneo, pero se mueve también en la historia de Chile y en qué significó en determinados momentos ser homosexual.
¿La cultura puede llegar a ser masiva?
¿Por qué no? En Chile yo tuve un programa de televisión: “Letras privadas”, donde mostrábamos a figuras conocidas como lectores, no a escritores. Se trataba de oír que estaban leyendo. Un programa cultural no está obligado a ser aburrido.
OTRO SÍ DIGO
Escritores que van muy pegados
Academia. Para Pablo Simonetti, es necesario dejar de lado los estereotipos que se tienen sobre la literatura y sus protagonistas.
“Hay escritores muy pegados a la academia, al estigma del escritor acartonado, cuando lo que se necesita es una cierta sensibilidad para mirar todo lo que es nuevo e inspira a la creación literaria”, explica el escritor chileno.
HOJA DE VIDA
Nacionalidad: Chileno.
Última novela: ”Soberbia juventud”. Va por su segunda reedición en su país con tirajes de 10 mil ejemplares, el triple del número usual.
Edad: 52 años.