(Bloomberg).- Adriano Godoy, dueño de una empresa de servicios de limpieza en Río de Janeiro, parece una figura poco probable para interesarse por el destino del equipo olímpico ruso.

Pero la firma de Godoy ha sido contratada para asistir durante los Juegos con la limpieza de los baños de la casa, dentro de un club náutico privado próximo a la playa de Copacabana, destinada a la delegación de Rusia.

Si el Comité Olímpico Internacional prohibiera la participación de ese país tras las revelaciones que alegan un sofisticado programa de dopaje patrocinado por el estado, Godoy y otros como él podrían quedar cargando con el muerto.

“Nada está dicho todavía”, dijo Godoy, cuya compañía Pro Segur Prestação de Servicos tiene también ofrecimientos para ayudar a otras tres delegaciones con la limpieza de los cuartos de baño. “Estoy a la espera de novedades”.

En el Clube dos Marimbas, un miembro del personal que pidió quedar en el anonimato ya que se pidió a los trabajadores no hablar con la prensa, dijo que el club había estado haciendo planes con los rusos durante meses y sugirió que el contrato contenía cláusulas para la protección económica del club.

Rusia incurrió en grandes gastos para los Juegos Olímpicos de 2012, y reservó dos lugares en Londres para espectáculos de patinaje sobre hielo, eventos culturales, comidas y bebidas. Según estima el diario Globo de Brasil el costo del alquiler del club náutico de Río es de US$1 millón. Los rusos lo habían reservado desde el 25 de julio hasta el 28 de agosto.

“Tenemos colores en común: rojo, azul y blanco,” dijo el vice-comodoro Luiz Correia de Araujo, responsable de las negociaciones con los rusos cuando se anunció el contrato. “Este matrimonio es una feliz coincidencia”.

Probablemente ahora espere no se convierta en un problemático divorcio.