Bloomberg.- El presidente ejecutivo de Grupo Televisa SAB, Emilio Azcárraga Jean, dejará su cargo después de dos décadas a la cabeza, lo que marca el final de la gestión diaria de la familia que hace 62 años fundó el gigante de la televisión mexicana.

Los subalternos de Azcárraga, Alfonso de Angoitia y Bernardo Gómez, asumirán como copresidentes ejecutivos a partir del 1 de enero, informó Televisa en un comunicado el jueves en ciudad de México.

El director Financiero, Salvi Folch, se convertirá en vicepresidente de planificación estratégica, con su rol dividido entre Carlos Ferreiro y José Antonio Lara.

La compañía, fundada en 1955 por el abuelo de Azcárraga, se convirtió en una potencia de cable y satélite en los 20 años desde que el nieto asumió el cargo tras la muerte de su padre, un hombre conocido como “El Tigre”.

Ahora, Televisa está tratando de reinventarse nuevamente, esta vez de adaptarse a una era de feroz competencia a medida que los espectadores gravitan hacia las opciones en línea, desde YouTube hasta Netflix.

Azcárraga tomó la decisión de renunciar por su cuenta y se lo propuso a la junta, que aprobó el plan el jueves, de acuerdo con personas al tanto del asunto que pidieron no ser identificadas porque la información es privada. Azcárraga seguirá siendo presidente de la junta.

“Nuestra industria atraviesa una transformación muy importante que presenta grandes desafíos e incluso mayores oportunidades”, dijo Azcárraga en un comunicado. Los nuevos roles y liderazgo de Angoitia y Gómez les permitirán enfocarse en la estrategia a largo plazo de la compañía, dijo.

Viejos amigos
Gómez ha estado en la compañía desde 1998, justo después de que Azcárraga asumiera el control. Ha sido miembro de la junta desde 1999, también sirviendo en Univision, y encabezó la Cámara Nacional de Televisión y Radiodifusoras de México.

Angoitia ha sido miembro de la junta desde 1997, pero se unió a la compañía en 1999 y fue director financiero hasta 2003. Es miembro de la junta de Univision Holdings, Fomento Económico Mexicano SAB y Grupo Financiero Banorte. Ambos hombres ocupan actualmente puestos de Vicepresidente Ejecutivo.

Fueron “instrumentales” en la exitosa reforma de la estructura de capital de Televisa cuando Azcárraga se hizo cargo de la compañía en 1997, según el comunicado. Ayudaron a renegociar un acuerdo de licencia de programación con Univision, adquirir y consolidar cuatro operaciones de cable y diversificar Televisa más allá de su negocio de publicidad tradicional.

“Su salida es un reconocimiento de la junta de que fue necesario hacer cambios sustanciales porque la industria está evolucionando de manera radical”, dijo Carlos de Legarreta, del Grupo Bursátil Mexicano.

“Literalmente escuchamos todos los días cómo los nuevos actores internacionales compiten por la atención del público. En ese contexto, no reinventarse a sí mismos no era una opción, aunque todavía tendremos que ver cómo se traduce esta sucesión en cambios tangibles”.

Estrategia para fijar precios
La amenaza de la competencia por los televidentes es relativamente nueva para Televisa, que alguna vez contó con el respaldo gubernamental implícito y hasta hace poco fue la compañía más grande en un duopolio de radiodifusión. Pero el video en línea ha aumentado en México, especialmente a medida que más consumidores utilizan sus teléfonos móviles para verlos.

Además de desarrollar una programación más moderna para atraer a los televidentes que se habían cansado de sus telenovelas tradicionales, Televisa ha estado renovando sus precios de publicidad para competir en la era de Internet.

Una decisión tomada hace dos años de cobrarles a los anunciantes una tarifa más alta y uniforme, en lugar de depender de descuentos únicos para cerrar negocios, provocó una caída en las ventas. Ahora, la empresa se está moviendo hacia vender anuncios de televisión basados ​​en índices de audiencia en tiempo real.

Los ingresos publicitarios de Televisa cayeron 9.8% en el segundo trimestre de este año y 8% en el primer trimestre. La compañía reportará ganancias del tercer trimestre el jueves después del cierre del mercado.

Los problemas en la compañía la llevaron el año pasado a recortar unos 1.200 empleos como parte de un esfuerzo general para reducir los costos y terminar contratos de varios años con algunos de sus talentos más conocidos.