(Bloomberg) Daniel Dantas fue el chico malo de las finanzas brasileñas durante mucho tiempo.

Astuto, agresivo y litigioso, causó indignación nacional con la gigantesca adquisición de una empresa de telecomunicaciones en la década de 1990, disputó públicamente con sus socios de negocios de Citigroup durante años y luego quedó atrapado en un escándalo de corrupción de dimensiones nacionales en 2008.

Fue arrestado bajo cargos de soborno y pasó una breve temporada en la cárcel; su fondo debió renunciar temporalmente a algunos activos.

Ahora, una década más tarde, Dantas apuesta a un gran retorno como ganadero, especulador de tierras rurales y empresario minero. No importa que no coma carne.

Personas informadas del sector dicen que la firma de inversiones que cofundó, Opportunity Fund, posee más tierras cultivables –cerca de 500,000 hectáreas– que cualquier otra compañía de Brasil.

Ahora evalúa reactivar una oferta inicial para el negocio. Separadamente, el empresario está sopesando más inversiones en tecnología de inteligencia artificial.

De hecho, las cosas le van tan bien a Dantas, que por primera vez califica para el Índice de Multimillonarios de Bloomberg. Un nuevo análisis de sus finanzas ubica su fortuna en los US$ 1,800 millones.

Dantas, que durante mucho tiempo guardó sus activos en entidades complejas, no accedió a efectuar declaraciones sobre su patrimonio neto. Con su hermana Verónica y su socio de siempre Dorio Ferman, controla fondos que gestionan un récord de 26,000 millones de reales (US$ 8,000 millones) en activos, más del doble del monto que tenía hace una década cuando fue detenido.

La cifra incluye cerca de 4,500 millones de reales que las autoridades descongelaron en julio pasado. La justicia brasileña anuló la causa y liberó a Dantas de la sentencia a 10 años de cárcel.

Como siempre, los procesos contenciosos persiguen a Dantas. Unas 700 personas ocuparon tierras de Opportunity reclamando su propiedad y la división ganadera del fondo está acusada de criar vacunos ilegalmente en tierras embargadas que fueron ilícitamente deforestadas antes de que el fondo las adquiriera, cosa que este niega.

Dantas debe su nueva agresividad en parte al hecho de que ha salido incólume del escándalo de corrupción llamado Lava Jato, que arrasó a muchos de los magnates brasileños.

Conforme la tendencia izquierdista –denominada Marea Rosa– latinoamericana retrocede, Dantas ya no enfrenta la presión del debilitado Partido de los Trabajadores del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, blanco de la investigación Lava Jato, y la sucesora elegida personalmente por él, Dilma Rousseff, sometida a juicio político el año pasado.

Pero las haciendas son un recordatorio de cómo las controversias parecen perseguir a Dantas.

Miembros del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra ocupan dos campos de Agropecuária Santa Bárbara –el pujante emprendimiento ganadero de Opportunity– desde hace nueve años y un alto ejecutivo de la compañía se negó a acompañarnos a visitar el sitio para evitar posibles enfrentamientos con los ocupantes.

El lugar parece una zona de guerra con los calcinados restos de una fábrica, un laboratorio de genética y la sede administrativa. Los ocupantes se quejan de la distribución desigual de la tierra en el vasto interior brasileño.

Un 1% de los propietarios de tierras agrícolas controla la mitad de la tierra cultivable.