(Bloomberg).- Una de las palabras más aterradoras que puede oír un paciente de boca de un médico es “cáncer”. Lo sabemos a partir de la experiencia de nuestros familiares y amigos y de los millones de estadounidenses que la oyen directamente de sus médicos cada año.
En su último discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente Barack Obama comparó el esfuerzo que se necesita para erradicar el cáncer con el lanzamiento de una nave espacial a la luna, recordando el ingenio y las actividades científicas estadounidenses que permitieron que la humanidad llegara a la luna. Creemos que es hora de que haya un compromiso nacional total y completo para librar al mundo de esta enfermedad, porque la verdad es que terminar con el cáncer tal como lo conocemos finalmente está al alcance de la mano.
Un elemento clave del esfuerzo para curar el cáncer es incentivar la cooperación entre el gobierno y el sector privado. Reconocemos que, si bien el gobierno de los Estados Unidos tiene a su disposición enormes recursos, gran parte de nuestros mejores conocimientos se halla fuera del gobierno, dentro de la comunidad médica y de investigación privada.
No hay muchas dudas de que ese será el lugar donde se darán los próximos grandes avances en el tratamiento del cáncer. Lo sabemos porque lo hemos visto en los mejores centros de investigación del mundo que funcionan en todo Estados Unidos y que están dirigidos por los más distinguidos oncólogos del mundo –a muchos de los cuales los hemos conocido en los últimos meses–.
Con ese fin, y apoyando el esfuerzo para la cura del cáncer, nos emociona que la Universidad Johns Hopkins vaya a crear el Instituto Bloomberg-Kimmel de Inmunoterapia del Cáncer, gracias a subvenciones privadas de US$125 millones. Este nuevo instituto continuará el innovador trabajo de la institución en materia de inmunoterapia, una de las vías de investigación más prometedoras de la actualidad.
Y la razón es esta: el cáncer consiste en el crecimiento descontrolado de nuestras células. Las células cancerosas cooptan los procesos de las células normales, utilizándolos para crecer, diseminarse y evitar ser detectadas por el sistema inmune. La inmunoterapia busca redireccionar el sistema inmune sumamente individualizado de los pacientes para que detecte mejor y destruya las células cancerosas.
El instituto, dirigido por el Dr. Drew Pardoll y financiado en sociedad con el filántropo Sidney Kimmel, apoyará a los mismos científicos que efectuaron algunos de los primeros ensayos clínicos de agentes de inmunoterapia conocidos como inhibidores de bloqueo de puntos de control.
Estos agentes interfieren con las moléculas que protegen a las células tumorales del sistema inmune del cuerpo. De hecho, dos de estos inhibidores ya han sido aprobados por la Administración de Alimentos y Fármacos para su uso contra el cáncer de pulmón y el melanoma y resultan prometedores para casi cualquier tipo de cáncer.
Descubrimientos como estos inhibidores son los que en última instancia harán posible curar casos de cáncer que no habrían tenido esperanza hace sólo unos pocos años. Sabemos que no hay una fórmula mágica y nadie espera que esto se logre de la noche a la mañana. Pero la verdad es que, gracias a los interesantes adelantos alcanzados en la ciencia y la tecnología en los últimos diez años, estamos mucho más cerca de importantes avances de lo que muchos creen.
Formando las sociedades adecuadas, podemos apuntalar el increíble trabajo que ya están realizando los inmunólogos, los genetistas y otros científicos con innovaciones en el sector de la tecnología. Últimamente ha surgido toda una industria con la capacidad para procesar información médica y científica a gran escala. Esta capacidad de procesamiento ya permite a los investigadores acelerar su avance como nunca. Al agrupar gran cantidad de datos de los estudios sobre cáncer en un solo centro al que pueden acceder los científicos, los investigadores y los médicos, podemos acelerar aún más los avances en la investigación.
Con el esfuerzo para la cura del cáncer y la asociación entre el sector público y el privado, no tratamos de lograr cambios graduales. Buscamos dar saltos espectaculares. Nuestro objetivo es alcanzar en los próximos cinco años los avances médicos de toda una década. Y con el trabajo conjunto de las nuevas instituciones y nuevos recursos consagrados al problema, sabemos que finalmente podremos dominar una enfermedad que ya le ha quitado al mundo demasiado talento y amor.
La misión original a la luna fue una iniciativa encabezada, dirigida y financiada por el gobierno. El esfuerzo para la cura del cáncer será una verdadera sociedad entre el gobierno, el sector privado, el mundo académico y la comunidad filantrópica. Posee el potencial para salvar millones de vidas.
Podría servir de modelo para que las asociaciones público- privadas superen los desafíos más difíciles. Y podría hacer que el cáncer deje de ser una sentencia de muerte para convertirse en una enfermedad crónica manejable –o, en muchos casos, curable– para millones de personas de todo el mundo.
Por Mike Bloomberg y Joseph Robinette Biden Jr “Joe”.