Darío Vaccaro es bailarín profesional desde los 16 años y perteneció al ballet del reconocido Julio Bocca. Vive entre Lima y Nueva York. Su carrera artística se desarrolló en Broadway.
La necesidad por crear sus propias coreografías hizo despertar en él una faceta poco conocida, la de productor. Es así que desde el 2005 lidera Ixlo, la productora que lo trajo al Perú para apostar por la cultura .
¿Cómo nace la idea de traer a Gilberto Gil y Caetano Veloso?
Soy fanático de ambos y cuando supe que estaban de gira, los busqué. En enero sus productores me llamaron y me dijeron que ambos tenían muchas ganas de venir a Lima.
¿Qué pedidos han hecho?
Ellos son muy sencillos. No tienen ninguna exigencia excéntrica. A veces los más grandes artistas son los menos divos y los que tienen menos requerimientos. Igual sucedió con Ricardo Darín. Cuando vino, pidió un camarín, una silla, un espejo y buena iluminación.
Y en cuánto a la negociación, ¿fue difícil cerrar el trato?
Fue muy simple, un contrato justo para ambos. Sin embargo, también fue un poco caótico porque no había local. Por suerte encontramos el Domos Art para el 7 de abril , que es ideal puesto que en Lima no hay espacios para este tipo de eventos, que no son ni masivos ni tampoco para un teatro pequeño.
¿Cuántas entradas se han habilitado?
Pusimos a la venta 2,400 boletos y ya están agotándose.
¿Fue el propio Caetano quien anunció su llegada a Lima?
Exacto. Tuvimos que cambiar todo el plan de prensa porque Caetano anunció en Twitter que iba a estar en Lima, pero al final eso fue bueno porque generó una expectativa grande en el público.
Hablando del público, ¿a quiénes apunta con este tipo de eventos?
Me interesa llegar a todo tipo de público y darles espectáculos culturales como en Nueva York, Argentina o España. Ese es mi objetivo personal y de Ixlo como productora.
¿Y es rentable apostar por eso en el Peru?
Sí lo es. El productor siempre está pensando en los números , pero yo tengo una parte artística muy fuerte porque provengo de la danza. Traer este tipo de espectáculos, como el de Caetano Veloso y Gilberto Gil, no nos hará millonarios, pero alguien tiene que hacerlo y el Perú merece ver a estos dos grandes artistas.
*¿Es un poco arriesgado, en todo caso? *
Sí. Es muy difícil trabajar en este país porque no hay auspicios. La gente se queja porque las entradas son caras, pero es muy difícil rebajarlas si las empresas no apuestan por un evento cultural.
¿Es una lucha?
Nosotros luchamos contra eso. En el caso de Veloso y Gil, muchos los conocen, pero si no es así y quieres escuchar los, hay entradas desde S/ 30. El fanático, en cambio, es el que compra la entrada más cara.
¿Cuál es la solución?
Un cambio importante sería lograr que el gobierno pueda generar algún tipo de incentivo como la reducción de impuestos, como se hace en otros países. La cultura puede ser también un gran negocio. A través de ella podemos atraer turismo interno e internacional. Sería maravilloso que la gente no venga al Perú solo a Machu Picchu o a comer, sino a ver un espectáculo.
¿Cuánto fue la inversión para este show?
Comparado con “Fuerza bruta” ya nada me parece caro. Es una producción de US$ 250,000, hasta ahora.
¿Tiene algún proyecto con artistas peruanos?
A largo plazo, es tener una buena academia de formación de danza que ayude a hacer brillar a los artistas locales, que son muchos. Hay mucho talento aquí, pero se necesitan más escuelas de teatro y de danza, como las de Vania Masías.
Tal vez subir al escenario con ella también…
Quisiera que el Perú conozca mi faceta de artista. Hay veces que entreno con ella y siempre le digo “A ver, Vania, cuándo nos animamos a bailar algo clásico o contemporáneo juntos”. Ella es muy querida y sería espectacular compartir escenario.