¿Cuánto ha cambiado viajar a Cuba desde su diálogo con EE.UU.?

Mientras los gobiernos de Cuba y EE.UU. están más cerca de resolver sus diferencias, las hordas de turistas en La Habana, muchos de ellos estadounidenses, demuestran que no hay problemas entre los pueblos.

(Foto: Laurie Werner)
(Foto: Laurie Werner)

“Los gobiernos tienen problemas entre ellos, pero la gente no”, dijo un guitarrista, que junto a su compañero musical, alegran los días del ‘paladar’ La Familia, un pequeño restaurante ubicado en una calle poco conocida de la Habana Vieja. A continuación la crónica de Laurie Werner, colaboradora de Forbes.

En la actualidad, mientras los gobiernos están más cerca de resolver sus diferencias, las hordas de turistas en La Habana dan la razón al guitarrista o, al menos, muestran un interés de los viajeros por reducir la brecha, muchos de ellos estadounidenses que llegaron hace poco a la capital cubana gracias a la flexibilización de las restricciones de viaje que entró en vigor el 16 de enero.

Las nuevas reglas, impulsadas en una forma inusualmente rápida, llevaron al sector de viajes y potenciales viajeros a un frenesí cuando se dieron a conocer, en tanto todos trataban de averiguar exactamente lo que querían decir.

En resumen: el turismo legal para echarse en una playa cubana está todavía fuera de alcance, pero los estadounidenses pueden viajar legalmente si encajan en una de las 12 categorías, tales como la investigación profesional o apoyo para el pueblo cubano y proyectos humanitarios.

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[Autos clásicos en Cuba.]

Cómo llegar: si bien aún no se puede tomar un avión y volar directamente a Cuba, eso podría cambiar en un año; American y Delta estarían negociando lanzar vuelos regulares. Por otro lado, CubaKat está trabajando en un acuerdo que podría traer un ferry desde los Cayos de Florida hacia Cuba a finales de año, posiblemente en setiembre.

Por ahora, usted puede hacer lo que otros han venido haciendo por años –hacer sus reservas a través de un tercer país, como las Bahamas o las Islas Caimán– aunque ahora se puede reservar abiertamente en sitios web como Kayak. O puede tomar uno de los vuelos charter que salen todos los días desde Tampa, Ft. Lauderdale o Miami, algunos usando aviones JetBlue y American, o el vuelo semanal Cuba Travel Services JFK-La Habana en los aviones Sun Country que comenzó en marzo.

Cómo entrar: Nos advirtieron que quizás nos podían apartar a un lado y ser interrogados en migraciones pero nada de eso ocurrió. En realidad, el funcionario de inmigración que revisó mi visa, la selló y me tomó la foto oficial fue uno de los más amables que he encontrado en cualquier lugar del mundo.

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Hay un cierto ‘vértigo’ que uno siente como estadounidense en sus primeros momentos en Cuba, algo que los visitantes de otros países no pueden imaginar. Uno recuerda la oscura historia entre los dos países apenas divisa el cartel justo después del aeropuerto que muestra una horca representando el embargo de Estados Unidos que ha estado en vigor desde principios de los 60, en represalia por la decisión de Castro de nacionalizar aproximadamente US$ 1,000 millones en activos estadounidenses en la isla después de tomar el poder.

Pero entonces los elementos kitsch aparecen en forma de infames vehículos, los Cadillacs clásicos de los años 50 y los cuadrados Dodge, Chevy Bel Airs y Thunderbirds, pintados en tonos Technicolor. Cuando la revolución de Castro asumió el gobierno en 1959, las importaciones estadounidenses cesaron por lo que estos vestigios de la época en que Cuba era un glamuroso patio de juegos de gángsters estadounidenses y estrellas de cine fueron los últimos autos americanos que pudieron obtener.

Los efectos del embargo, el colapso de la Unión Soviética y su apoyo y los dudosos beneficios económicos de la revolución están a la vista en todas partes: en edificios y calles derruidas, en la gente al lado de las carreteras pidiendo que los ‘jalen’ porque no hay un sistema de transporte insuficiente, en las mujeres que piden jabón en la calle.

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[Edificios y calles derruidas.]

Los salarios mensuales de los cubanos son notoriamente bajos, aproximadamente $ 20 al mes, y compran los alimentos básicos con tarjetas de racionamiento, aventurándose en el mercado negro cuando sea necesario para conseguir lo que pueden encontrar.

Al mismo tiempo, las restricciones más flexibles a tener una empresa, impuestas por Raúl Castro en el 2010, han dado lugar a una explosión de ‘paladares’ y pensiones conocidas como ‘casas particulares’ (si hay un ancla azul pintada en el exterior es porque reciben extranjeros, un ancla roja es solo para cubanos y hasta la semana pasada, se pueden reservar en muchos de ellos a través de Airbnb.)

Algunos ‘paladares’, como La Familia son sencillos pero ofrecen deliciosa comida casera. Otros, como el ‘paladar’ Los Mercaderes –un local de tres años de antigüedad lleno de arte con pétalos de rosa esparcidos en escaleras de mármol ubicado en la Habana Vieja– son más elegantes y refinados.

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_[Paladar La Guarida.] _

El más famoso, La Guarida de 18 años situado en la planta superior de un edificio de departamentos en el centro de la Habana ofrece platos como ravioles con papaya, mariscos y pulpo carpaccio. La pared de fotos de celebridades da fe de su habitual clientela; cuando Jay Z y Beyonce cenaron ahí en su muy publicitado viaje hace dos años, salió una multitud que obstruyó la calle.

La música y los músicos están en todas partes, tocando en los restaurantes, en los clubes de jazz y cabaret, en la calle, en los techos. El famoso Buena Vista Social Club parece estar tocando en todas partes hasta que uno se da cuenta de que se trata de grupos disidentes que cuentan al menos con un miembro original del grupo, lo que les permite utilizar el nombre.

El mejor espectáculo es el que se ofrece los martes y jueves en el Salón 1930 en el Hotel Nacional, el lugar ideal para alojarse en los años 50, pero ahora solo una atracción para ir a tomar un mojito y ver este espectáculo.

Otra buena opción es el espectáculo en el Habana Café al lado del hotel Melia Cohiba, un espacio moderno que se parece un poco a un parque temático con un antiguo avión de Cubana Airlines suspendido del techo y un Buick y Chevy de 1957 estacionados alrededor de las mesas.

Pero los artistas –tanto los músicos y los bailarines que muestran sus dotes salseros junto a ellos– son de primera clase. También está el show en el Tropicana, el famoso club nocturno al aire libre que se inauguró en 1939 y presenta un gran espectáculo de 200 artistas cada noche.

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[Plaza de Armas.]

Durante el día, es interesante caminar por las calles de La Habana Vieja, admirando la arquitectura barroca y neoclásica reconocida por la Unesco y la pintoresca Plaza de Armas, la Plaza Vieja o Plaza de San Francisco, todos restauradas para los visitantes o los edificios beaux arts a lo largo de las calles 17 y 19 del Vedado.

Los turistas se aglomeran en el hotel Ambos Mundos, más conocido como el hotel donde se hospedó Hemingway antes de que comprara su casa en las afueras de La Habana, Finca La Vigía (se puede visitar tanto su habitación y la casa) pero después de echar un vistazo a su máquina de escribir y cañas de pescar, puede visitar el techo para una fabulosa vista y un buen mojito.

Si desea un paseo turístico, puede tomar un ‘taxi bicicleta’ que lo lleve por las estrechas calles de la Habana Vieja, mientras que el conductor le informa acerca de su vida o habla con los vendedores de libros alrededor de la Plaza de Armas, como el encantador Antonio. Todos son conexiones memorables, oficialmente aprobadas y la mejor razón para estar allí.

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[Vista desde el techo del Hotel Saratoga.]

Dónde hospedarse: Aunque los empresarios hoteleros están dando vueltas con cautela para ver si se puede construir o restaurar edificios existentes para convertirlos en hoteles de lujo, el único hotel de lujo en la ciudad es Hotel Saratoga de 9 años de antigüedad con 96 habitaciones, transformado después de una renovación de US$ 30 millones. Beyonce y Jay Z causaron un caos fuera del hotel cuando se alojamos ahí.

Una gran guía: La agencia de turismo del gobierno Havanatur realiza operaciones en tierra para muchas de las compañías de viajes internacionales. Si le preguntas por adelantado, usted puede reservar al eficiente y agradable Ramiro Liben y debería.

Internet y tarjetas de crédito. La flexibilización de las restricciones suponen un aumento en el acceso a Internet al permitirle a las empresas de telecomunicaciones comenzar el proceso de actualización de infraestructura –solo cerca del 5% de la isla tiene acceso a internet– pero esto aún no ha sucedido.

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