Cuando soñar sí es posible: Qué escritor hubiera querido ser

Cinco personajes de la literatura peruana se someten a un ejercicio de pasión y pasado. Cada uno escoge (o no) a un referente de las letras, la admiración parecer ser la razón.

José María Salazar Núñez
Colaborador

Giovanna Pollarolo
“Me hubiera gustado ser Leonor de Aquitania. Aunque no es reconocida específicamente como escritora, tuvo una vida intensa y feliz (así la imagino) en las ‘cortes de amor’ del siglo XII, donde bajo su batuta se recitaba, se bailaba y se gozaba de la vida. Debe haber sido lo máximo ser poeta en las cortes”.

Renato Cisneros
“Quisiera haber sido cualquiera que haya podido extraer literatura de su infierno personal. Thomas Mann, por ejemplo. Era homosexual encubierto, tenía una madre realmente sobreprotectora, dos hijos gais y otros dos suicidas. A pesar de eso —o gracias, tal vez— escribió una obra inmortal como ‘Muerte en Venecia’. Aclaración pertinente: quisiera haber sido el escritor Mann, no el ciudadano”.

Santiago Roncagliolo
“En mi caso, me habría gustado ser Ernest Hemingway. No escribir como él. Ser él. Viajar a guerras, dar la vuelta al mundo, vivir el siglo XX a fondo… y luego escribir como algún otro”.

Mariana Althaus
“Casi todos los escritores, para escribir sus obras maestras, han tenido que hacerlo a un costo muy alto. Se han vuelto escritores gracias a una infancia dura, un abandono o una enfermedad. Han tenido que vivir en la marginalidad, la soledad más grande, pasar hambre o descuidar a sus familias. La verdad, no me hubiera gustado ser ningún escritor; y menos aun una escritora, porque ellas la tenían aún más difícil. Preferiría haber sido algo más convencional”.

Fernando Iwasaki
“Si pudiera elegir vivir la vida de un escritor sería la de Henri Beyle ­
( 1783-1842 ), porque jamás publicó nada con su nombre; se preció de haber amado, leído y viajado; sus libros pasaron desapercibidos para sus contemporáneos y murió antes de cumplir 70 años. Su editor nunca creyó en su obra y le adjudicó un seudónimo que a Beyle le hizo gracia y así lo siguió utilizando. Unas veces firmó como ‘Henry Brulard’, pero lo recordamos mejor como ‘Stendhal’. No escribió para sus contemporáneos sino para los lectores del futuro, pues estaba convencido de que sería leído ‘después de 1880’.

La ‘Cartuja de Parma’ ( 1839 ) es mi novela fetiche. La leí en 1980 y la terminé de leer dentro del carro de mi papá, la noche de una fiesta la que me habían desinvitado, aunque no se lo dije a nadie. Entre las páginas de mi edición todavía crepita -como el otoño de una antigua primavera- la orquídea que me hubiera ilusionado regalarle a Clelia”.

ÚLTIMA HORA ver todas

BLOGS ver todos

Revolución digitalPablo Bermudez

Bye bye Dubai... ¡Bienvenido NEOM! (1 de 3)

Herejías EconómicasGermán Alarco

Plan Estratégico de Desarrollo Nacional (PED...

El Vino de la Semana

Pisco, amor por el Perú

Te lo cuento fácilAlumnos de la Universidad del Pacífico

Guerra en Ucrania: un breve análisis del fac...

Economía para todosCarlos Parodi

Estados Unidos y China

WALL STREET VER TODOS

Será noticia

JOSÉ ANTONIO MONTENEGRO