La capital del Perú quizás no tenga una arquitectura de clase mundial, pero su antiguo apodo “Lima la horrible” no es válido estos días.
Apenas llegan a Lima, los visitantes se dan cuenta de sus calles limpias, sus parques llenos de jardines y sus extensas vistas del mar. Y luego están las atracciones menos obvias, pero más convincentes: una rica herencia precolombina, diversidad étnica y emergentes escenas de arte y moda, así como muy buena comida.
La transformación de Lima en una potencia culinaria, que comenzó hace más de una década, fue impulsada en los últimos años por un grupo de chefs talentosos y emprendedores. Su creatividad, inspirada en la aparentemente interminable variedad de ingredientes nativos, ha hecho popular no solo a sus restaurantes, sino también a toda la ciudad.
Viernes
1. Recién salido del mar | 3 p.m.
De las 16,000 cevicherias de Lima, Hijo de Olaya es una de las más pequeñas y sabrosas. Desde su inauguración en octubre, este huarique ha ganado popularidad entre los exigentes limeños, gracias a una sencilla fórmula: servicio rápido, un menú pequeño y mariscos frescos, comprados diariamente en el concurrido mercado de Villa María del Triunfo. Pruebe el clásico ceviche Olaya (24 soles, o US$ 7.95 dólares, a 3 soles el dólar), preparado con pescado fresquito, limones ultra ácidos de la provincia norteña de Piura, rocoto, cebollas rojas, choclo y algas. Viene con un chilcano de pescado.
2. Artesanía y paseos | 4 p.m.
Explore las calles de Barranco, un barrio artístico que fue otrora balneario de la clase alta de Lima. Algunos de las residencias de estilo republicano aún siguen en pie; una de ellos alberga una tienda de regalos llamada Las Pallas, propiedad de un galés que se ha convertido en un experto en arte popular peruano. En su tienda puede encontrar adornos de arcilla de la Amazonía y la sierra sur, además de coloridos retablos hechos a mano. Luego, dese una vuelta por el bulevar Sáenz Peña, que lo llevará hacia un acantilado con vistas al océano Pacífico.
[Flores comestibles son parte del menú en el restaurante de Virgilio Martínez. Foto: NYT]
3. Aperitivo frente al mar | 7 p.m.
Aunque la ciudad tiene 80 millas de costa y un asombroso número de restaurantes y bares, es difícil encontrar un lugar para sentarse a tomar una copa cerca del océano. Cala es una excepción. Este lugar elegante y contemporáneo se encuentra en una playa de piedritas concurrida por surfistas y tiene una terraza al aire libre que atrae a una atractiva multitud en las tardes. Disfrute de la vista mientras se toma un pisco sour (22 soles), el peligrosamente delicioso cóctel del Perú. Si desea acercarse aún más al mar, puede dirigirse al bar en La Rosa Naútica, un ornamentado restaurante de la vieja escuela al final de un largo muelle.
4. Delicias nativas | 9 p.m.
Una comprensión única de la biodiversidad del Perú –demostrada en dos menús divididos por las alturas y las profundidades del mar donde se encuentran los ingredientes– ha generado muchos elogios para Virgilio Martínez: Su restaurante, Central, subió este año al puesto número 4 en la lista de los 50 Mejores Restaurantes del Mundo, patrocinada por San Pellegrino.
Una reciente cena incluyó un plato llamado Cultivo Frío, hecho con vieiras cosechadas a mano a una profundidad de 30 pies y servidas en un adobo de maracuyá y plátano, rodeado por un collage de emulsiones, flores y hierbas, incluyendo cálices de borraja, que saben como ostras. (el menú de 11 platos cuesta 298 soles).
Sábado
5. Acantilado costero | 10 a.m.
Una de las zonas más atractivas de Lima es Miraflores, con tres millas de los parques bien cuidados al borde de un acantilado costero. El paseo conocido como El Malecón es el lugar perfecto para salir a trotar o volar. Si quiere una vista de pájaro de la ciudad, vaya a una de las escuelas de parapente al norte de Parque del Amor, y reserve un vuelo de 10 minutos con un instructor (200 soles). O siéntese a disfrutar la vista con un capuchino (8 soles) de Arábica Espresso Bar, dentro del centro comercial Larcomar en el extremo sur del malecón. Es uno de los pocos centros comerciales en el mundo con una privilegiada vista al mar.
6. Un buen sánguche | 12 p.m.
Vietnam tiene el bahn mi, Italia tiene el panini y Perú tiene el sánguche. Por lo general se sirve en un pan lleno de carnes a la parrilla o guisadas con ingredientes y salsas variadas, el sánguche compite con el ceviche en términos de popularidad. La Lucha es un restaurante en Miraflores que vende sánguches por montones. Los dueños utilizan madera de algarrobo para cocinar las carnes a la parrilla y papa Huayro para hacer las papas fritas de corte grueso. Una selección de salsas incluye sabores como aceituna y rocoto.
7. Galerías | 2 p.m.
Barranco cuenta con más de una docena de galerías y museos. Comience el tour en el M.A.T.E. (15 soles), dedicado a la obra del reconocido fotógrafo nacido en Lima, Mario Testino. Luego vaya a Cecilia González Arte Contemporáneo, una pequeña galería que representa a artistas emergentes locales como Mariú Palacios, quien escenifica fotografías con piezas de ropa, calaveras o trozos de porcelana garabateadas con mensajes poéticos. A pocos pasos de distancia, la Galería Lucía de la Puente ha realizado exposiciones de Pier Stockholm, un limeño que vive en París y que ha mostrado sus pinturas y dibujos en diversas ferias internacionales de arte.
36 Hours in Lima, Peru http://t.co/ZVpuht7Isw pic.twitter.com/rNnfdlW8g6
— The New York Times (@nytimes) June 17, 2015
8. Moda andina | 5 p.m.
Hasta hace poco, la escena de la moda de Lima era casi inexistente. Pero ahora diseñadores como Alessandra Petersen están utilizando técnicas textiles tradicionales y patrones de colores para hacer colecciones imaginativas. Su boutique dentro de una casa de adobe de principios de 1900, cuenta con chaquetas de lana gruesa y collares tejidos, a menudo adornado con plumas. Otra diseñadora, Susan Wagner, trabaja con las comunidades regionales –tejedoras de la ciudad central de Huánuco, por ejemplo, o de Huaycán cerca de Lima– para hacer bolsos, vestidos y ponchos. Su tienda en Miraflores está cruzando la calle de la Huaca Pucllana, un sitio ceremonial piramidal muy bien conservado.
9. Comiendo con la gente de moda | 9 p.m.
Rafael Osterling es una estrella culinaria en el Perú y Colombia, donde es propietario de dos restaurantes. Su éxito comenzó con Rafael, un elegante restaurante en Miraflores que atrae a celebridades como el escritor Mario Vargas Llosa y el músico David Guetta. Rafael sirve una combinación creativa de platos internacionales y peruanas.
10. Música en vivo | 11 p.m.
Músicos independientes locales convergen en La Noche de Barranco, un bar y un espacio cultural con espectáculos en vivo. Los estilos de música van desde el punk-rock de La Sarita hasta las melodías conmovedoras de la cantante y compositora Cristina Valentina. A pocas cuadras de distancia, el acogedor El Dragón cuenta con reggae, funk, jazz latino y música electrónica, y también acoge exposiciones de prometedores artistas.
Domingo
11. Colecciones privadas | 9 a.m.
Después de una parada en la Plaza Mayor, la plaza central de Lima, y su imponente catedral colonial, visite la Casa de Aliaga, una casa convertida en museo (entrada, 30 soles; reserva con 24 horas de antelación). Construida hace cinco siglos por el capitán Jerónimo de Aliaga en un terreno donado por el conquistador Francisco Pizarro, la propiedad ha sido habitada por la misma familia durante 17 generaciones y ha sido conservada cuidadosamente. Ver el arte de siglos de antigüedad, azulejos mudéjares del siglo 16, puertas de madera tallada y una capilla privada autorizada por el Vaticano. Después de observar este manual sobre arte peruano colonial, conduzca unos 30 minutos hacia el sur para ver un tesoro de joyas precolombinas, talismanes y armas en el Museo Oro del Perú (entrada, 30 soles).
12. Almuerzo con vanguardistas| Mediodía
Gastón Acurio y su esposa Astrid, fueron los pioneros de la candente escena culinaria de Lima. El año pasado, trasladaron su restaurante, Astrid & Gastón, a una hacienda del siglo 18 en el elegante distrito de San Isidro. El edificio también alberga un gastrobar casual, La Barra, donde la cocina ofrece platos como hamburguesas de quinua con crema de rocoto (39 soles) y bomba de chocolate (54 soles), una bola que se abre para revelar una variada combinación de ingredientes como mascarpone y praliné.
13. Pisco | 2 p.m.
No salga de Lima sin ahondar en la historia y matices del pisco, un destilado de uva que incita declaraciones como “Si no es peruano, no es el pisco!” La agencia de viajes Jacada organiza catas dirigidas por un sommelier. Su viaje de medio día (US$ 350 por persona) se inicia en el barrio obrero de Pueblo Libre, en la Antigua Taberna Queirolo, que sirve platos clásicos como el cau cau, y cócteles hechos con piscos de la bodega de los propietarios, Bodega Santiago Queirolo. Luego diríjase a la barra en el elegante Hotel Country Club, para disfrutar y hablar sobre los más de 30 piscos en el menú, que pueden ser secos o aromáticos.