(Bloomberg) El desarrollador inmobiliario de Ohio Ron Pizzuti podría no esperar hasta mayo para hacer su próximo viaje a Cuba para asistir a una bienal de arte. Una rápida visita en enero le vendría bien para ver el “estado de las cosas” antes de que se abalance una voraz multitud, señaló.
Pizzuti, de 74 años, posee unas cien obras de arte cubanas y el año pasado abrió un museo privado en Columbus con una muestra inaugural dedicada a los artistas del país comunista. Pagó de US$5.000 a US$200.000 en los últimos seis años por obras de artistas como Enrique Martínez Celaya.
“Veo que los precios están subiendo a medida que los artistas tienen más exposición”, dijo Pizzuti, que, con su esposa Ann, reunió una colección de 2.000 obras contemporáneas a lo largo de cuarenta años. “Eso es bueno para ellos pero no para mí. Pero es inevitable cuando se abre un mercado nuevo”.
Con la noticia de que Estados Unidos tendrá relaciones diplomáticas y reducirá las barreras económicas con Cuba, el mundo del arte considera que el país situado a unas 90 millas (145 kilómetros) de la costa de Florida es un nuevo mercado que tendrá movimiento. El crecimiento de la riqueza privada multiplicó la cantidad de coleccionistas, quienes a su vez hacen subir los precios del arte. En dos semanas de subastas en Nueva York el mes pasado, se vendieron US$2.300 millones de obras de arte.
El deshielo de las relaciones “tendrá un enorme impacto porque Cuba era un mercado limitado en lo que hace a quién lograba ver el arte de la escena de Chelsea y Miami”, dijo Alberto Magnan, fundador y copropietario nacido en Cuba de Magnan Metz, galería del barrio de Chelsea en Manhattan. “Ese número ahora llegará a ser enorme”.
Viajes más fáciles
Con el sorpresivo cambio de política del presidente Barack Obama que permitirá a las compañías estadounidenses hacer negocios en Cuba después de un embargo de más de cincuenta años, las restricciones a los viajes se atenuarán y las instituciones financieras estadounidenses podrán abrir cuentas en los bancos cubanos. Los turistas estadounidenses estarán autorizados a entrar al país US$100 de cigarros cubanos.
Los estadounidenses pudieron eludir el embargo de Estados Unidos y traer las obras de arte de manera legal porque esos bienes están clasificados como activos culturales. Los coleccionistas estadounidenses habían viajado al país por motivos educativos o humanitarios. También se sumaron a curadores o galeristas que recibieron permisos de viaje de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Cuba debería prepararse para una invasión de coleccionistas, dijo Magnan, que desde hace años lleva a estadounidenses a La Habana para ver y comprar pinturas y esculturas. Magnan dijo haber recibido por lo menos 25 llamados de coleccionistas en las 24 horas que siguieron al anuncio de Obama del 17 de diciembre. Su objetivo es adquirir obras de artistas emergentes antes de que sean descubiertos y sus precios aumenten.
“Quieren ir a Cuba antes de que las cosas sigan cambiando”, señaló Magnan, que representa a artistas cubanos como Alexandre Arrechea, Roberto Diago y Glenda León. “De modo que el año que viene básicamente estaré en La Habana”.