El magnate ruso Roman Abramovich , empresario petrolero y dueño del Chelsea FC, abrió la billetera y en menos de dos minutos desembolsó US$ 142 millones. Su capricho: el tríptico “Tres estudios sobre Lucian Freud”, un óleo sobre lienzo hecho por el pintor Francis Bacon en 1969, que la casa de subastas Christie’s puso en vitrina. Este es uno de los precios más altos pagados en el mercado del arte por un coleccionista.
Curiosos por vocación
Pero ¿qué se necesita para empezar una colección? Armando Andrade, presidente de subastas del Museo de Arte de Lima (MALI), expresa que “para iniciar una solo necesitamos curiosidad”. El móvil del que compra piezas artísticas es el mismo que hace varios siglos: el ansia por conocer.
“Empezar una colección es un proceso de aprendizaje en cadena. Cada obra que uno adquiere hace que uno entienda el arte. Coleccionar, entonces, es un proceso educativo”, sostiene Andrade.
Él afirma además que no es necesario tener una fortuna para hacerse de obras. En Lima se puede encontrar creaciones desde US$ 300. “Yo diría que es un poco tarde para comprarse un Goya. Es momento de adquirir la obra de un artista joven”, manifiesta.
De lado de los creadores, el pintor Christian Bendayán, Premio Nacional de Cultura 2012, ratifica la variedad de precios del mercado, pero alega que aún se necesita de eventos que motiven la valorización del arte peruano. “Hay obras de gran valor artístico que se venden por precios muy bajos, lo que no ayuda a que el artista desarrolle su obra. En cambio, otras, que son resultado de un buen manejo de marketing, superan los US$ 100,000”, acota.
Un mercado en expansión
La compraventa de arte en el Perú ha crecido en los últimos 15 años. Prueba de ello es la inclusión de nuestro país el año pasado en la decimocuarta Bienal de Venecia, una de las más antiguas y prestigiosas exposiciones de Arte Contemporáneo.
Para Armando Andrade, este crecimiento “es un proceso en el que han participado el Gobierno, las galerías, los coleccionistas y el público”. Un factor que ayuda es la aparición de ferias, como Art Lima o Perú Arte Contemporáneo, que se han convertido en vitrinas que muestran a los artistas no solo a nivel local, sino internacional. Las galerías, además, gracias a la globalización, no solo buscan competir localmente, sino que venden sus productos a través de Internet a coleccionistas extranjeros. Por otro lado, Bendayán concuerda en que ahora hay una oferta más completa e integrada, pero dice que aún “falta la implementación de leyes que faciliten el comercio internacional de arte desde el Perú”.
El arte como inversión
El valor económico de una obra de arte lo determinan muchos factores. Entre ellos, su circuito de exhibición, las tendencias del momento, el respaldo de la crítica y, entre otros, el factor suerte. Hay obras que se devalúan y otras que multiplican su valor económico, según el desempeño del artista. Sin embargo, para Andrade, “el arte no debería ser visto como una inversión. Hay otros ámbitos en el que los empresarios, que son quienes últimamente compran más cuadros, podrían invertir”. Él prefiere mantener al coleccionismo como una actividad puramente educativa y de satisfacción intelectual.
Por el contario, el pintor Bendayán sugiere que invertir en una pintura sí es una buena opción. “El arte se revaloriza simbólicamente, según el grado de reconocimiento del artista, lo cual se traducirá en más valor económico”, expresa el pintor.
Finalmente, de lo que se trata aquí, es de encontrar un equilibrio entre todas las partes y que la oferta y la demanda cultural siga beneficiando a todos.
CIFRAS
US$ 100 MIL
Puede costar la obra de un consagrado como Fernando De Szyszlo o Ramiro Llona.
US$ 339 MIL
Es el cuadro peruano vendido con mayor valor económico. Fue deTilsa Tsuchiya.