“Desde el Gobierno, hay un marcado deseo de destacar las industrias creativas, entre ellas las del mercado editorial, una industria en la que Chile aún está en un periodo incipiente”, explica Roberto Paiva, director nacional de ProChile (Dirección de Promoción de Exportaciones de Chile)

Y es que para el funcionario, tan importante como promover la balanza comercial entre los países vecinos, es responder al llamado de las Cámaras del libro de Antofagasta y de Lima para ayudar con la organización de la llegada de Chile como país invitado a la Feria Internacional del libro de Lima (FIL).

Y es que para Paiva, “la industria editorial peruana está en un momento similar al de su par chilena. Si bien es cierto que la Feria del Libro de Santiago tiene un mayor alcance, creo que hay muchos puntos comunes que los colocan en el proceso hacia la madurez”.

Y aunque no está del todo feliz con la orientación de la feria hacia el usuario final, asegura que sí han hecho contacto con actores del sector editorial peruano.

“Aunque creemos que a la Feria del libro de Lima le falta el lado del negocio editorial, la idea de llegar al público final peruano nos encanta y la idea es promover conversaciones más orientadas al “business to business”.

Para Paiva, son los actores de cada sector, quienes deben encontrar el camino para llegar al ritmo de industrias editoriales robustas como Colombia o México.