La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) señaló que si bien los daños ocasionados a las Líneas de Nazca son irreparables, se debe imponer una penalidad ejemplar de hasta US$ 200 millones, que sirva para promover las inversiones e investigaciones en dicho patrimonio de la humanidad.
“Muy al margen de las sanciones penales que corresponden, creemos que la ONG debe recibir una multa que sea diez veces mayor al daño ocasionado”, dijo el presidente de Canatur, Jorge Jochamowitz.
Agregó que ese dinero debe sirva para resarcir de alguna manera el daño, que es de por sí irreparable, a través del fomento y la promoción de la arqueología en Nazca y haciendo inversiones que se necesitan muchísimo, creando museos de sitio y financiando investigaciones”, expresó.
Agregó que la multa para Greenpeace debería ser significativa y habría que ver los daños, peros podría ser de US$ 100 millones o 200 millones.
Señaló que los arqueólogos e investigadores que llegaron a la zona afectada han podido corroborar los daños producidos por los activistas de Greenpeace y la destrucción en el contorno de uno de los símbolos más significativos de las Líneas de Nazca, como es el Colibrí.
Sostuvo también que las disculpas difundidas por la ONG resultan insuficientes puesto que no reflejan ningún reconocimiento a los daños ocasionados. “Ellos se disculpan de la manera más simple, creyendo que es suficiente frente a lo que han hecho”, expresó a Infotur Perú.
Atropello inaceptable
“El atropello contra el patrimonio cultural del Perú y de la humanidad es inaceptable, no existen las disculpas del caso. Es increíble que una ONG dedicada a la defensa del medio ambiente destruya nuestro patrimonio arqueológico por razones estrictamente promocionales y publicitarias, por más que el mensaje sea bueno. Ellos deben disculparse no sólo con el Perú sino también con toda la humanidad”, declaró.
Dijo que la indignación que ha generado este caso es mayor considerando que la agresión proviene de profesionales e instituciones que dicen defender el medio ambiente.
“¿O es que la defensa del medio ambiente no incluye también el proteger el patrimonio arqueológico de la humanidad o de un país, en este caso del Perú?”, se preguntó.
“No existe castigo ni penalidad capaz de poder suplir esto y es que el entorno del dibujo más emblemático de las Líneas de Nazca ha sido afectado. Hoy se corre el peligro de que se diga que estas líneas no vienen siendo cuidadas adecuadamente por el país”, manifestó.
Agregó que los activistas de Greenpeace tenían pleno conocimiento de los cuidados que se brinda a zonas vulnerables como las Líneas de Nazca y, pese a ello, buscaron el momento propicio para burlar la seguridad y en medio de la noche ingresar para ejecutar su protesta ambientalista.
“Ellos saben cómo vulnerar la seguridad y esto incrementa el delito”, acotó Jochamowitz.