El primero en Rusia abrió en Moscú en 1990, siendo casi un símbolo del final de la Guerra Fría, como representativo también es que haya un McDonald’s junto al Museo del Comunismo de Praga, en la base naval de Guantánamo, frente al castillo de Windsor o en el centro de HoChi Minh (sí, en Vietnam). La cadena de comida rápida más conocida del mundo es uno de los grandes iconos de la expansión del way of life estadounidense por el mundo y al frente de esta conquista de los paladares de todo el planeta se encuentra su producto estrella: el Big Mac.
Dos piezas de carne de vacuno, salsa especial, lechuga, pepinillo, cebolla, queso y pan con semillas de sésamo. Esa es la fórmula de la hamburguesa, una creación que data desde hace 48 años. Uno de los primeros franquiciados de McDonald’s, Jim Delligatti, es el padre del Big Mac, que sirvió por primera vez en su restaurante de Uniontown (Pensilvania) el 22 de abril de 1967. Su idea fue ofrecer un producto dirigido al público adulto, inspirado en la hamburguesa Big Boy, al que le puso un precio de 45 centavos de dólar. Pese a que al principio le costó convencer a Ray Kroc, el verdadero fundador de la compañía tras comprarle los derechos a los hermanos McDonald en 1961, su éxito fue tal que al año siguiente fue incorporada al menú nacional de la firma.
Un éxito absoluto
McDonald’s desarrolló una gran campaña para su lanzamiento, con anuncios a toda página en Life y Look y una importante presencia en televisión con el anuncio Big Attraction, aunque pocos ayudaron más a darla a conocer que otro franquiciado, Max Cooper, de Alabama, que la regalaba a aquellos que consiguieran cantar todos sus ingredientes con el jingle del anuncio televisivo en cuatro segundos.
Desde entonces, el Big Mac apenas ha tenido cambios, como agregar una rebanada de pan en el medio, para venderse en más de 100 países de todo el mundo.
El Big Mac se ha convertido en un producto tan internacional y estándar en todos los mercados donde se vende que es utilizado por The Economist desde 1986 para comparar el poder adquisitivo de los estados a través del denominado Big Mac Index. Su precio medio en Europa es de 3,70 euros; en EE.UU. cuesta 4,79 dólares; en China supone 17 yuanes y en India hay que desembolsar 116 rupias para hincarle el diente a una.Si se transforma cada moneda a dólares, el resultado es una comparativa del dinero que hay que pagar en cada país por recibir el mismo producto.
Ray Kroc dijo una vez que si le dieran un ladrillo por cada vez que ha repetido las palabras calidad, servicio, limpieza y precio “podría construir un puente que cruzara el Atlántico”. Si le hubieran dado uno por cada Big Mac que ha vendido McDonald’s, ese puente sería una autopista.
Diario Expansión de España
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