A las 5 de la tarde, en el Starbucks de la calle North Seventh Street en Williamsburg, Brooklyn, las personas en las mesas de madera beben sus cafés y se concentran en las pantallas de sus laptops. La canción Crazy de Gnarls Barkley suena en el equipo de sonido mientras contemplo 10 vasos de vino, escribe Elin McCoy de Bloomberg Business.
La gigante compañía de café lanzó su nuevo programa “Starbucks Evenings” que sirve vino, cerveza artesanal, y platos pequeños en 70 lugares de Estados Unidos desde el mes pasado. Me detuve en el primer lugar abierto en Nueva York con el fin de poner a prueba su oferta.
Primera opinión: El local de Williamsburg es, por fortuna, un Starbucks en el que usted puede realmente imaginarse bebiendo una copa de vino. Es más un lugar de moda en Nueva York que el típico lugar frio que ofrece una sacudida de cafeína en la mañana. Piense en paredes de ladrillo, un mural de un artista del tatuaje, estanterías mod con cafetos que crecen en macetas, y grandes mesas hechas con bloques de madera reciclada. En una esquina, cómodas sillas que invitan a instalarse con vaso en mano.
[ Una muestra del menu de Starbucks Evenings en el local Williamsburg, Brooklyn. ]
Starbucks experimentó primero la idea de las Evenings en Seattle hace varios años. Se planea ampliar el programa a 2,000 lugares de Estados Unidos para el 2020, con la esperanza de añadir mil millones de dólares en ingresos.
Segunda opinión: Cuando llegue, ninguno de los 40 clientes estaba bebiendo vino, aunque el alcohol y la comida se sirven desde las 4 pm hasta el cierre. Una pizarra detrás de la barra anuncia el trago y el plato del día -Malbec con Truffle mac and cheese. (Lo cual, descubrí, es un terrible combo.)
El llamativo menú desplegable incluye notas sobre el sabor de cada vino, en su mayoría precisas: “aromático y fresco con notas de melón y maracuyá” para un Villa María blanco; “frutos negros y especias marrón con toques de clavo de olor y pimienta” para un Alamos Malbec, aunque en este caso, era muy optimista, y no del todo correcto. A diferencia de cualquier otro bar en el que he estado, también cuenta con recuentos de calorías para cada uno – de 140 a 150 calorías-por la ley de Nueva York para los restaurantes de cadena.
[ Elin McCoy ordenó cinco platos, dos cervezas, y todos los vinos: un espumante, cuatro blancos y cinco tintos. Foto: Bloomberg ]
Ordene cinco platos, dos cervezas, y 10 vinos (un espumoso, cuatro blancos, cinco tintos. (Un grupo de madres que tomaban café con sus niños miran y murmuran.) El gerente, Brandon Giles, que lleva un sombrero de paja de copa baja y un delantal largo y negro, los pone en bandejas de madera oscura, en copas Riedel sin tallo que están grabadas con mantras New Age como “exhale, beba.”
Tercera opinión: Si usted es un novato del vino, será multado. Casi todos los vinos son opciones inofensivas y fáciles de beber, aunque yo escribí “uf, evitar,” en mi nota sobre el Apothic 2013, una mezcla de tinto California, que sabía como una gaseosa de cereza dulce. A US$ 8, era el vino más barato en la lista.
[ La selección de comida varía de acuerdo a ala tienda. ]
Starbucks se jacta de que un equipo de cinco personas en Seattle, liderado por un sommelier de la casa, cató 500 vinos para llegar a estas 10 selecciones de marca, ampliamente disponible. El programa da el visto bueno a las categorías de vino más populares de los últimos años, a excepción del rosé. (Locales en lugares como Oregón y Washington incluyen al menos una marca local, un vino del estado de Nueva York puede llegar al local de Brooklyn en algún momento.)
Los precios por vaso parecen razonables para los estándares de Nueva York en US$ 8 hasta $ 15, pero debe saber que las botellas de la mayoría de estos vinos cuestan el mismo precio al por menor como lo haría un solo vaso aquí. Starbucks también venderá botellas enteras si la gente desea pedirlas; cinco han sido vendidas en el último mes.