(AFP) Las barras de los clubes de fútbol del Perú podrán volver a llevar a los estadios sus banderolas, pancartas e instrumentos musicales, tras levantar el gobierno una prohibición que regía desde junio del 2016 para frenar la violencia y racismo en los espectáculos deportivos.
La medida es parte de un decreto supremo publicado en El Peruano que aprueba el retorno de los bombos, banderolas y pancartas a los distintos escenarios deportivos, un reclamo formulado desde hace meses por los clubes ante la disminución de hechos violentos en los estadios y alrededores.
La autorización subraya que las barras no podrán hacer alarde de actos que “inciten a conductas discriminatorias, violentas, racistas o xenófobas” a través de inscripciones o de cánticos.
El gobierno recalcó la prohibición absoluta de realizar expresiones o sonidos guturales que promuevan el racismo, en alusión directa a los actos ofensivos que se han registrado en las tribunas cuando las barras bravas imitaban los gritos de primates para ofender a jugadores afrodescendientes.
Incumplir estos requisitos acarreará el decomiso de los objetos y la expulsión inmediata del recinto deportivo de las personas que incurran o fomenten esas actitudes.
Los contenidos de las banderolas deberán haber sido previamente supervisadas por el Ministerio del Interior.
Los clubes serán los responsables de tramitar los permisos de los objetos, así como del uso adecuado que se les otorgue.
La violencia en los estadios de fútbol en Perú se agudizó en los últimos años, con enfrentamientos sangrientos en las calles y en los estadios, entre barras bravas de los equipos más populares del país.
Un caso emblemático fue la muerte en setiembe de 2011 del hincha del club Alianza Lima, Walter Oyarce, quien fue arrojado desde lo alto de una tribuna del Estadio Monumental de Lima, por iracundos hinchas de Universitario de Deportes.