Panasonic considera que las ciudades en 30 años “convergerán conceptos como energía, redes de información y estilo de vida de las personas para crear las infraestructuras de una sociedad ecológica y sostenible”, según su director general para España y Portugal, Mirko Scaletti. ¿Qué más vio?
La visión de Panasonic
El acceso al hogar se hará mediante reconocimiento facial en las cámaras de seguridad, las caras conocidas podrán ser almacenadas en la nube para permitirles la entrada. En el reflejo de los espejos del dormitorio o del baño se ofrecerá una simulación de maquillaje y peinado. También se informará de aspectos de la salud, como el peso, la frecuencia cardíaca, la masa corporal y el cuero cabelludo.
Desde el salón o la cocina será posible comunicarse verbalmente con la casa a través de un micrófono que las personas llevarán colgado en el cuello. Así pues, la cocina podrá recomendar recetas para la preparación del menú diario. Lo mismo se podrá hacer con la pantalla del salón, que hará las veces de televisión y ventana panorámica y podrá sugerir restaurantes donde ir a cenar y realizar reservas mediante un sistema de voz.
La consolidación del comercio electrónico hará que las casas incorporen un casillero, que permitirá realizar compras de alimentos frescos y congelados, para que los buzones detecten el código impreso y lo mantengan a la temperatura adecuada con el fin de preservar la compra en las mejores condiciones.
¿Y en 5 o 10 años?
Ignasi Vilajosana, cofundador y consejero delegado de Worldsensing, mira más cerca en el tiempo. “Ya en los próximos cinco o diez años, los vehículos serán autónomos, los drones volarán por las calles y veremos nuevos sistemas de comunicación”, enumera.
Y continúa: “La inteligencia artificial dominará los procesos de negocio y no podremos diferenciar si interactuamos con personas o con máquinas cada vez más sofisticadas”.
Para Vilajosana, aparecerá la inteligencia colectiva que permitirá resolver problemas que no hemos podido afrontar individualmente.
Otra revolución
Solo es necesario echar la vista atrás para ver cómo ha cambiado el mundo en las últimas tres décadas y saber que la velocidad de cambio se acelera cada día. Por ejemplo, en esa época no existían las redes sociales y se vivía el inicio del primer teléfono móvil, un dispositivo que ahora es uno de los elementos imprescindibles para la vida social de una persona.
“En 30 años, seguiremos con la globalización y la hiperespecialización, con los peligros de inclusión que ésta conlleva”, opina Vilajosana, para quien “el control del agua y la energía seguirán siendo claves”.
A su juicio, “la educación y nuestra capacidad de globalizarla será la clave para un desarrollo más inclusivo y menos tensión social”.
La sociedad será totalmente diferente. “Viviremos el aumento y envejecimiento de la población; pronto seremos ocho billones de personas en el planeta”, calcula Miguel Ángel Turrado, directivo de Hewlett-Packard (HP).
Esto se traducirá en una “urbanización masiva” que conllevará importantes retos en la forma de vivir en las ciudades y el transporte, avisa Turrado.
“En 30 años, el 70% de la electricidad procederá de fuentes renovables”, afirma Emilio Rousaud, director general de Factorenergia. “Se habrá impuesto el Internet de las Cosas, así que todos los dispositivos, incluidos los contadores eléctricos estarán interconectados”, añade el directivo.
El papel de la producción
Las empresas coinciden en que el sector que experimentará un mayor cambio será el de la industria. “Esto afectará a toda la cadena de fabricación, desde la interacción con los proveedores hasta la relación con los clientes, pasando por la propia fabricación y la cadena logística”, manifiesta Turrado. Pasaremos de la producción en masa a la personalización en masa, dice Turrado sobre la impresión en 3D.
“El grado de automatización será tan alto que prácticamente ya no requerirá la intervención humana”, señala Emili Rousaud. En su opinión, “la gente se dedicará a innovar y en las fábricas ya no habrá personas, sino máquinas fabricando cosas”. “Habrá que implantar una renta universal ya que mucha gente no encontrará trabajo y necesitaremos que consuma”, según Rousaud.
“Los sectores primarios se tecnificarán a una escala sin precedentes”, dice Vilajosana. El consejero delegado de Worldsensing cree que “en trabajos de alto riesgo en sectores, como el minero o la energía, serán sustituidos por robots y activos inteligentes que actuarán de forma autónoma maximizando la productividad de estas industrias”.
El coche conectado está cada vez más cerca, avisa Ángel Hernández, cofundador y director de Operaciones de Wazypark. “Será un mundo en el que tendremos acceso a multitud de información en tiempo real que podrá, por ejemplo, proyectarse en el parabrisas del coche o ser reproducida mediante un asistente personal basado en inteligencia artificial, con el que interactuaremos por voz”.
Hernández señala como ejemplos los proyectos de coches autónomos de Google y Apple, o el reparto de paquetería mediante drones de Amazon.
Ignasi Vilajosana cree que pasaremos al menos tres nuevas oleadas tecnológicas como las que hemos vivido. “Donde los datos masivos, después la información y finalmente el conocimiento transformarán el mundo en el que vivimos”, asegura.
“La pregunta que debemos hacernos es: ¿qué pasará cuando la inteligencia artificial que hemos creado tenga más capacidad de innovar que nosotros? No sé si realmente queremos llegar a ese fin”, concluye Vilajosana.