Tras cuatro años de ser promulgada la ley de Promoción de la Alimentación Saludable para niños, niñas y adolescentes (Ley 30021) – conocida popularmente como la ley de la Comida Chatarra – el Ejecutivo se animó a promulgar el ansiado reglamento, la que se haría efectivo en las próximas 48 horas.
Pero, ¿qué cambios en los hábitos alimenticios impulsará la ley de Comida Chatarra? El primero es que se dará inicio en los colegios públicos y privados a nivel nacional a la era de los quioscos y comedores escolares saludables.
Estos espacios brindarán “exclusivamente” alimentos y bebidas saludables conforme a los estándares establecidos por los ministerios de Salud y de Agricultura, a lo que se sumará el de los gobiernos locales y regionales.
Cabe precisar que ya existe una Directiva Sanitaria emitida por el Ministerio de Salud (Minsa) – en marzo de 2015 – para la implementación de los quioscos saludable.
La misma establece lineamientos técnicos para promover su implementación. Advierte las características referidas a la estructura de los quioscos saludables, así como el cuidado e higiene del quiosco o comedor, las prácticas saludables de los manipuladores, almacenamiento y conservación de los alimentos y el expendio de alimentos.
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Qué otros cambios en el hábito alimenticio establece la norma. La siguiente está relacionada a la publicidad de los alimentos y bebidas no alcohólicas. Así, la publicidad – incluida en el producto – deberá colocar advertencias como “alto en (sodio – azúcar – grasas saturadas): Evitar su consumo excesivo”
Estas advertencias serán aplicable a los alimentos y las bebidas que superen los parámetros técnicos establecidos en el reglamento a emitirse.
A la par, establece la creación del Observatorio de Nutrición y de Estudio del Sobrepeso y Obesidad a cargo del Ministerio de Salud. Esta instancia tendrá como función el monitoreo y en al análisis periódico de la situación nutricional de la población infantil y de la evolución de la tasa de sobrepeso y obesidad en niños, niñas y adolescentes y cuantificar sus efectos.
Cabe precisar que ya existe una experiencia en el desarrollo de un observatorio nutricional a cargo del Instituto de Salud del Niño (ISN), la que fue creada el año pasado, la misma que podría ser replicada por el Minsa.