El primer trabajo de Alfredo Thorne lo tuvo a los 13 años. Era una suerte de pasantía en los veranos. Durante cuatro años, al terminar el colegio, estudió Ingeniería Industrial. Sus primeros trabajos en fábricas lo entusiasmaron. Pero casi al final de la carrera en la Universidad de Lima se cambió a la PUCP para estudiar Economía.
Tras estudiar sus posgrados en el extranjero, se enroló en el Banco Mundial (BM).
¿A usted le tocó trabajar en países que estaban encaminados a cambiar el modelo?
En el Banco Mundial uno podía trabajar en su región o en otras como África, Europa y Asia, pero nunca en tu país. Un grupo de latinos decidimos irnos a los ex países socialistas sabiendo lo que se venía. Me tocó trabajar en Rusia, que me pareció la peor experiencia que pasé en mi vida. Todo era muy corrupto. Y después me fui a trabajar a Kazajstán.
¿En qué periodo estuvo en esa división del BM?
Empecé en el año 89 hasta 1992-1993. Después me mudé a la región, México. Ahí me cayó la crisis del año 94. En el 93, nos dimos cuenta de que la economía mexicana podía caer en crisis. Esos informes todavía existen, están publicados. Trabajamos con las autoridades desde el 93 hasta el 95. Al final, no nos hicieron caso y vivimos la crisis, la reestructuración.
¿Parece que siempre le toca la reestructuración de los países?
A veces, a uno le atraen las cosas difíciles. Los retos son lo que a uno le hace crecer en la vida. Tomar la posición de ministro de Economía es un reto interesante. Los retos a uno lo engrandecen.
¿Este es el reto más grande que ha tenido en su vida?
No sé si sea tal vez el más grande desafío. Es una economía bien manejada. Sin embargo, no hay motivación más grande para que un economista quiera ser ministro de Economía de su país que devolverle lo que este le dio.
¿Cómo se relaja cuando no está reestructurando crisis?
En una época hacía jogging, luego jugué tenis. Me gusta mucho la música y ahora corro tabla.
¿Va a conciertos?
Antes iba más. Compro mucha música latinoamericana, peruana, brasileña y el jazz. Ahora me dedico a correr tabla. Tengo un grupo de amigos con los cuales viajamos.
¿Es cierto que las mejores olas están en el Perú?
Claro. Hoy estamos corriendo olas de casi 10 metros.
¿El Perú es un país de tablistas?
Sí, el primer campeón fue Felipe Pomar, en el año 63 o 65. Son ciudades que miran mucho al mar como Santa Mónica o California. Tenía amigos inversionistas cuando estaba en JP Morgan que tenían su casa frente al mar y corrían tabla.
¿Corrió tabla en otros países?
Con mi grupo de amigos hacemos viajes. Hemos ido a El Salvador un par de veces.
¿Su playa favorita es Punta Hermosa?
La playa a la que más he ido es Makaha. Hay muchos sitios. Tenemos una casa en Pulpos. Antes iba a la casa de familiares en Asia, pero el tráfico es horrible. Espero que podamos concretar el tren de cercanías que propuso Pedro Pablo y aprovechemos todo el litoral. Hoy hay playas desde Huacho hasta Ica, pero qué eficiente sería que uno tome su tren como se hace en California o Australia con tu bicicleta y tu tabla e irse a la playa.
¿Qué ha cambiado en su vida desde el 6 de junio?
Ha cambiado toda mi vida. Mi esposa no está muy contenta con esto (risas). Lo que ha cambiado es el chip mental.
¿Va a seguir corriendo?
Debería tener el tiempo. Creo que hay un balance en la vida y uno tiene que mantenerlo entre los ratos de distracción y los ratos de trabajo. No existe nadie que pueda rendir bien al nivel de estrés que tiene el presidente o un ministro. El estrés no deja pensar bien.