Windows 9 -o como quiera que se llame la siguiente actualización de Windows- podría incluir un diseño menos claustrofóbico e incluso estandarizar la experiencia del ‘trackpad’. Adrian Covert, editor de Tecnología de CNN Money, considera que hay cinco elementos que no podrían faltar en ese OS.
Mayor flexibilidad de diseño y distribución.
Al estilo de las clásicas ventanas en el modo escritorio, la herramienta ‘snap widgets’ de Windows 8 desempeña la misma función. Hace incluso posible que los usuarios pasen de una ventana a otra. Pero hay un notable espacio de mejora.
Windows 9 podría ayudar que los usuarios entraran y salieran de varias aplicaciones de manera eficiente, si dividiera los ‘widgets’ en mosaicos más pequeños para que estén colocados horizontal o verticalmente a lo largo de una cuadrícula. Otro aspecto consistiría en propiciar un diseño menos claustrofóbico, si el internauta pudiera llevar una aplicación a pantalla completa y regresarla.
Modo exclusivo de escritorio o ‘desktop-only’.
Aunque la forma en que se muestran los mosaicos en Windows 8 es adecuada para un ordenador portátil, no es óptima para tareas de productividad sobre todo en una computadora de escritorio. También hay aplicaciones que sólo funcionan en el modo escritorio. El cambio brusco entre los contrastantes mosaicos de Windows 8 y los entornos de escritorio ha dejado un mal sabor en muchos usuarios.
En Windows 9 los usuarios podrán ejecutar esas “modernas” aplicaciones en una ventana en el escritorio, según el análisis de Paul Thurrott de WinSuperSite. Si Microsoft también proporcionó a los usuarios la posibilidad de fijar sus ordenadores en modo escritorio, eso ayudaría a que la experiencia de usar Windows en un ordenador portátil se sintiera más consistente.
Microsoft no debería renunciar a la pantalla de inicio, pero algunos usuarios no la necesitan, apuntan desde el portal de CNN Money.
Estándares más consistentes para el ‘trackpad’.
Ojalá la siguiente versión de Windows pudiera estandarizar la experiencia del ‘trackpad’ para que que Windows sea mucho más utilizable. A la fecha, pareciera que el ‘trackpad’ de cada dispositivo Windows 8 opera distinto, porque se usan clics y gestos de manera diferente.
Para desbloquear, por citar algún ejemplo, la pantalla de inicio en algunos ‘trackpads’ basta con deslizar el dedo, otros necesitan un clic. Cuando funcionan de forma óptima, como ocurre con el ‘trackpad’ externo de Logitech, los gestos en Windows 8 son tan rápidos e intuitivos como tocar una pantalla.
Mejor manejo de pantalla.
La inconsistente configuración de pantalla de Windows 8 es una de las cosas que debería hacerle frente Microsoft de cara a la próxima versión de su sistema operativo. Al conectar una PC a resoluciones con gran cantidad de pixeles, la configuración que se ven bien en el modo mosaico no luce de igual manera en el modo escritorio y viceversa. Una segunda pantalla hace las cosas más complicadas.
Si la multinacional estadounidense establecida en Redmond quiere que sus clientes adoren el nuevo Windows, la pantalla tiene que verse bien en cualquier modo y en cualquier dispositivo.
Más interactividad con Windows Phone y Xbox.
A pesar de que Windows 8, Windows Phone 8 y el software Xbox One estan construidos sobre los mismos cimientos y comparten servicios y herramientas que deben funcionar como un pegamento que une a cada producto, sigue faltando una coincidencia entre las experiencias de estos dispositivos.
Así, si un cliente adquiere una aplicación en Windows Phone no significa que contará con acceso automático a esa misma aplicación en Windows.
La próxima era de Windows debería poner máxima atención en la habilidad para compartir de manera intuitiva contenido multimedia o mover el trabajo del usuario entre dispositivos.