Un corazón de titanio, que puede ser la clave para el futuro de la investigación en medicina aplicada, llegó al Perú la semana pasada de las manos de Goeffrey Vince, director del departamento de Ingeniería Biomédica de Cleveland Clinic, la primera en cardiología del ranking “Mejores Hospitales 2013-2014” de Estados Unidos.
Y la Universidad de Ingeniería & Tecnología (UTEC) sería la primera en el Perú en beneficiarse directamente con esta innovación. “Creemos que la ingeniería y la medicina son amigos de los humanos. Estamos conociendo los proyectos en los que están trabajando para ver cómo podemos colaborar”, indica Mario Rivera, director ejecutivo de la UTEC.
Vince, el creador del corazón de titanio, cree que en el mundo de hoy “necesitamos idear soluciones mecánicas para problemas médicos”. Ante ello, Rivera responde que en la UTEC ya hay catedráticos especializados en este campo, con lo que el capital humano para trabajar en estudios conjuntos con Cleveland Clinic está asegurado.
Pasión científica
Eduardo Hochschild, presidente del Consejo Directivo de la UTEC y miembro de la junta internacional de Cleveland Clinic, fue el contacto para que una delegación del instituto visitara Lima en agosto. Bioshoy Mikhail, director del Centro de Filantropía de la clínica, es optimista sobre las innovaciones científicas que se pueden lograr en el país, aunque no seamos precisamente líderes en ese rubro.
“Hemos visto cosas realmente impresionantes esta semana. A cada lugar que fuimos, conocimos investigadores apasionados que están haciendo lo mejor que pueden con los recursos que tienen. Son personas brillantes, y creemos que el valor agregado de Cleveland está en que el intercambio de ideas genera soluciones”, explica Mikhail.
“No tenemos la visión de hacer ciencia por sí misma, sino ayudar a los pacientes e introducir tecnologías al mercado. En lugar de ser científicos que tratan de hacer realidad sus ideas, buscamos necesidades médicas”, agrega Vince. Asegura que “salen a la calle” a averiguar las demandas de los médicos, para volver al laboratorio con una lista sobre la cual trabajar soluciones de bioingeniería.
Con menos de 450 gramos, ese corazón de titanio –el prototipo más compacto creado hasta el momento– es un ejemplo de esa filosofía. Convencidos del potencial de colaboración con el Perú, los cientos de pacientes peruanos en listas de espera de trasplantes de corazón serán los primeros beneficiados.