(Bloomberg Gadfly).- El nombre de la nueva consola de Nintendo no deriva de su principal función. Es una súplica: Switch (“cambie”, en inglés).
Nombre pegadizo, concepto pegadizo.
En vez de escoger entre una máquina que se conecta a la TV y un dispositivo manual, el Nintendo Switch ofrece ambas cosas. En lugar de matar bestias desde la comodidad de sus sofás, los fans pueden sacar una unidad parecida a una tablet de su horquilla de acoplamiento, pasarla a un dispositivo portable y salir al aire libre, donde pueden proseguir la batalla desde un banco de plaza.
En un video de tres minutos publicado sobre el final del jueves, la empresa japonesa lo promocionó con vigor para una multitud hipster que supuestamente no quiere elegir entre jugar videojuegos y sacar a pasear al perro o ir a una fiesta en una terraza.
Nintendo Switch is coming March 2017! Catch the Preview Trailer and visit https://t.co/j4Unm459lg for more details. pic.twitter.com/EV7zPiVf35
— Nintendo of America (@NintendoAmerica) 20 de octubre de 2016
En cuestión de 12 horas, el video fue reproducido 5 millones de veces en YouTube, obtuvo más de 270,000 pulgares levantados y 81,000 comentarios. También recibió 9,000 pulgares abajo, una cantidad bastante grande de opiniones negativas para una consola de videojuegos. Los inversores comparten ese sentimiento e hicieron caer 7.1% las acciones de Nintendo este viernes por la mañana en las operaciones en Tokio.
Esto me recuerda un día hace cuatro años, cuando Asustek presentó su PadFone, una tableta con un smartphone que se deslizaba y creaba dos dispositivos en uno. Los ejecutivos estaban eufóricos por lo brillante que era. La muchedumbre soltó una carcajada (y no en un buen sentido).
Sin duda, Nintendo cree que inventó algo genial. Un dispositivo que puede atraer tanto a los amantes de las consolas como al gamer que juega ocasionalmente en dispositivos móviles podría darle la oportunidad de destronar a las franquicias PlayStation, de Sony, y Xbox, de Microsoft. Como hasta ahora se revelaron pocos detalles, entre ellos el precio, todavía no podemos saber si Switch logrará que los usuarios hagan eso.
Lo que sí revela el dispositivo es el desafortunado dilema estratégico de Nintendo: seguir con las consolas o pasar a los dispositivos móviles. O tratar de abarcar ambos. El éxito desenfrenado del Pokémon Go este verano boreal demuestra que su catálogo de juegos y personajes es tan atractivo como el hardware sobre el que operan. Sin embargo, datos de VGChartz muestran que Nintendo no sólo vende menos hardware para consolas, también vende menos catálogos de juegos.
Ni uno de los 10 principales juegos de consola de este año es para un sistema de Nintendo. Lo más alto que la empresa puede llegar es a un 11° puesto, con un título de Pokémon. Los juegos que se están vendiendo bien suelen hacer uso intenso de gráficos y sonido y presentar argumentos más ricos, áreas en las que a Nintendo no le va bien.
Además, muchas veces (no siempre) esos títulos más ricos se venden más caros. Esto significa que no sólo acumulan más ingresos, sino que el alto volumen y el precio más elevado indican que a los jugadores esos títulos les parecen más convincentes y los aprecian de manera correspondiente.
Aunque Nintendo puede interpretar al Pokémon Go como señal de que sus personajes generan interés, la empresa debería evaluar cuánto dinero pagaron los jugadores para jugarlo (por lo general, nada) y lo rápido que decayó el fenómeno, antes de comprometerse a una estrategia exclusiva para dispositivos móviles.
La otra cosa que la empresa debe contemplar es la lealtad de sus fans. La mejor forma de evaluarlo es ver con qué frecuencia la gente paga por un juego, y en este aspecto Nintendo acumula menos ventas por consola que sus rivales.
Con la presentación de su nuevo hardware y el murmullo que ya generó online, claramente hay interés por lo que Nintendo tenga para ofrecer. ¿Pero será suficiente para que los gamers hagan el cambio que pide su nuevo producto?
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.