(Bloomberg).- Las startups que fabrican drones están recibiendo montos récord de inversiones en tanto los capitalistas de riesgo están en busca de las primeras compañías exitosas en una industria que podría mover US$ 82,000 millones.
De Silicon Valley a Nueva York, firmas como Kleiner Perkins Caufield Byers, Lightspeed Venture Partners y ff Venture Capital se alinean tras empresas de vehículos aéreos no tripulados. Google Inc., General Electric Co. y Qualcomm Inc. también se acercan con efectivo en la mano.
“Todos quieren invertir en drones porque ven no sólo el potencial sino también los resultados concretos en este momento”, dijo Jon Ollwerther, vicepresidente de comercialización y operaciones del fabricante de drones AeroCine, que opera desde un galpón de Brooklyn con vista a la Estatua de la Libertad. “Hemos rechazado dinero”.
Los inversores inyectaron US$ 210 millones en empresas como SZ DJI Technology Co. y DroneDeploy en lo que va de 2015, casi el doble que en todo el año pasado, de acuerdo con los datos del recopilador CrunchBase. El ritmo se ha acelerado en tanto los reguladores estadounidenses otorgan más exenciones para operaciones comerciales limitadas, dando a los inversores la tranquilidad de que recibirán una compensación por su apoyo.
“Nos resulta sumamente evidente que esto va a ser un gran espacio”, señaló John Frankel, socio fundador de ff Venture Capital.
La Administración Federal de la Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos le informó al Congreso el miércoles pasado que la normativa definitiva para el uso comercial de los drones estará lista a mediados de 2016. Esto promete ser muy beneficioso para los vehículos aéreos no tripulados capaces de grabar video, trazar mapas, supervisar los cultivos e inspeccionar puentes.
70,000 puestos de trabajo
A tres años de dictadas las normas, la industria creará más de 70,000 puestos de trabajo en Estados Unidos y tendrá un impacto económico de US$ 13,600 millones, de acuerdo con un informe de 2013 de la Asociación Internacional de Sistemas de Vehículos No Tripulados. En una década, ese total se habrá multiplicado por más de seis.
Los obstáculos son múltiples. Los VANT dotados de cámaras crean el temor de que corra riesgo la privacidad. Se necesitan mejores baterías para prolongar el tiempo de vuelo. Los vuelos de larga distancia necesitan un sistema de gestión del tráfico aéreo y tecnología para detectar y evitar obstáculos. La FAA podría no ir mucho más lejos que los límites actuales: vuelos en la línea de visión del operador, por debajo de los 400 pies (122 metros) y no cerca de donde hay personas.
Los inversores de Venture están dispuestos a pasar por alto las dificultades porque es importante participar ahora.
“Habitualmente en estas industrias emergentes hay un león”, dijo el socio de Lightspeed, John Vrionis. “No es que uno no pueda obtener un buen retorno siendo el número 2, pero la mayor parte de dinero proviene de ser el líder”.