Startup usa minicámaras para monitorear el cerebro de animales

El objetivo es vender los microscopios cerebrales a los investigadores y las grandes farmacéuticas para colaborar con las investigaciones sobre qué neuronas son responsables del hambre y la toma de decisiones, entre otras cosas.

(Bloomberg).- En un laboratorio sin ventanas, bajo el zumbido de unas luces blancas, un ratón escarba el piso de su jaula. Parece no inmutarse por tener en la cabeza una cámara en miniatura unida a un cable que cuelga de ella.

El experimento se llevó a cabo en los laboratorios de Silicon Valley de Inscopix Inc., una startup que sigue la actividad cerebral de animales que hacen su vida de siempre con la esperanza de extraer información útil de esos datos.

El objetivo es vender los microscopios cerebrales a los investigadores y las grandes farmacéuticas para colaborar con las investigaciones sobre qué neuronas son responsables del hambre, la toma de decisiones, el aprendizaje, el miedo o los trastornos médicos.

Inscopix es el tema del último episodio de Ventures, una serie de videos de Bloomberg Technology sobre startups. El microscopio de la compañía cubre un vacío en las herramientas de investigación actuales, entre las máquinas de imágenes de gran escala, como las que hacen resonancias magnéticas, y los electrodos que sólo pueden registrar una sola neurona a la vez.

La capacidad de comprender mejor cómo se comportan las regiones del cerebro y comparar las células sanas con las enfermas podría ayudar a los investigadores a diseñar tratamientos para el Alzheimer, el Parkinson u otras enfermedades.

Los videos captados por las cámaras han permitido a los científicos observar patrones de señales cerebrales que coinciden con los trinos de las aves cantoras y observar la acumulación de actividad eléctrica que precede a un ataque epiléptico.

La empresa dijo haber recaudado US$ 10 millones en financiamiento y haber obtenido contratos con farmacéuticas como Pfizer Inc. y Johnson & Johnson, además de 200 laboratorios académicos.

El costo del equipo, de entre US$ 60,000 y US$ 100,000, puede ser prohibitivo para los laboratorios más pequeños.

Kunal Ghosh, cofundador y máximo ejecutivo de Inscopix, espera expandirse rápidamente fuera del cerebro de los ratones y las aves. “No hace falta un esfuerzo de la imaginación para decir que, si podemos leer datos del cerebro humano -que es algo que a lo que ya estamos apuntando hoy-, podremos tomar esa tecnología y, con un poco de suerte, usarla con buenos fines para mejorar ciertas funciones cerebrales”, señaló.

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