En el 2013 Google Ventures, la rama de inversiones de riesgo de Google, se asoció con Uber y adquirió el 7% de sus acciones.
No obstante, con el paso del tiempo los socios se han convertido en rivales pues Google y Uber trabajan en sendos proyectos de conducción autónoma independiente, y que competirán en el mercado el uno con el otro.
“Si bien es cierto que ambos llegan al sector desde vías distintas, el destino es el mismo: poder ofrecer una flota de vehículos que no necesiten conductor en unos años”, subraya el portal hipertextual.com.
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La competencia es tal que Uber decidió que los ejecutivos de Alphabet/Google no pudieran acudir a las juntas durante un año para evitar que pudieran conocer información sensible sobre las operaciones de la empresa.
“Uber está usando su mejor arma: la flota de conductores humanos con miles de millones de kilómetros recorridos, y una contratación muy agresiva en varios sectores de la inteligencia artificial”, indica el citado medio.
Por su parte, Google está atacando a Uber desde muchos frentes, que no puede ser considerado otra cosa que no sea una guerra total. La startup y el gigante de Mountain View compiten en apps, gestión de pasajeros, tecnología automovilística e inteligente artificial.
“Para sobrevivir, Uber necesita no depender de Google, y ahora mismo Google puede saber en cada momento información muy valiosa sobre los trayectos de Uber. Algo que la compañía de Travis Kalanick considera inaceptable. Tanto que invertirá 500 millones en tecnología de mapas propia”, anotó hipertextual.com.