¿Los dispositivos móviles con pantallas curvadas son la nueva tendencia? Al menos, a eso apuntan Samsung y LG con las propuestas Galaxy Round y LG Flex, respectivamente. No obstante, el precio para convertirse en propietario de uno de estos smartphones es demasiado alto: cada uno está por encima de los US$ 900 en Corea del Sur. Pero ¿vale la pena?
Samsung Galaxy Round, el primer smartphone del mundo con pantalla curvada, es esencialmente la versión curvada del Galaxy Note III, excepto por el S-Pen. Por lo demás, apuntan desde el portal especializado en tecnología Engadget, comparten muchas características similares.
Así, los equipos cuentan con una pantalla de 5,7 pulgadas, resolución de 1080p, micro-USB 3.0, un procesador Snapdragon 800 a 2.3GHz, 3 GB de RAM, cámara trasera de 13 megapíxeles con capacidad de grabación de vídeo UHD, un microSD y una batería extraíble. E incluso los dos dispositivos en mención son parecidos en cuanto a diseño.
En otras palabras, al margen de la capacidad de Samsung para producir pantallas flexibles, los clientes potenciales no encontrarán algo asombrosamente nuevo en el Galaxy Round. En efecto, solo hay dos diferencias con respecto al Note III: una batería más pequeña y el famoso “efecto roll”. Ésta función permite echarle un rápido vistazo a las notificaciones.
A pesar de no incluir funcionalidades extraordinarias, Samsung ha logrado desarrollar un teléfono inteligente lo suficientemente agradable como para sostenerlo -inclusive con una sola mano- durante largos periodos, indican los observadores. Es bastante cómodo de usar.
“La pantalla flexible Super Amoled parece tan buena como la del Galaxy Note III. Esto no necesariamente proporciona una experiencia más ni menos inmersiva al momento de ver películas. Round utiliza el mismo procesador. Por tanto, el rendimiento es casi el mismo. El uso del Internet y la navegación en general son prácticamente idénticos”, asegura Brad Molen, de Engadget.
En conclusión, el Galaxy Round no es más que un teléfono curvado que posee una buena parte de las cualidades que definen al Galaxy Note III. Fuera del “efecto roll” y una mejor ergonomía no ofrece mejoras adicionales que justifiquen su alto precio.
“Es un gran teléfono en términos de rendimiento, pero no incorpora alguna característica que obligaría a desembolsar unos US$ 900. Es una novedad.
Y sí, también funciona como un artículo de lujo para que los geeks adinerados lo luzcan en las fiestas” -concluye Molen-.