Yoon C. Lee, un ejecutivo de Samsung Electronics Co., está dando un recorrido por su casa de Estados Unidos en Oakland. Enseña su sala de estar y vestíbulo, a continuación, echa un vistazo afuera para verificar el jardín. Considera encender el sistema de aspersión antes de determinar que las plantas tienen suficiente agua.
La cuestión es, en realidad, que él no está en California. Está a 12,800 km de distancia con un reportero en una sala de conferencias en Seúl. Lee, un hombre alto de 49 años de edad, se encuentra en una enorme mesa jugando con un teléfono Galaxy S5, que está transmitiendo un vídeo en directo desde los Estados Unidos.
Esta es la próxima gran apuesta de Samsung, ya que trabaja para construir un futuro más allá de los teléfonos móviles, donde los ingresos están cayendo. Lee y sus colegas están tratando de crear otro éxito de lo que se conoce como “el Internet de las cosas”, la tecnología que interconecta móviles, cámaras, aspersores y carreteras.
Si tienen éxito, el esfuerzo podría impulsar las ventas de la electrónica, los electrodomésticos y los chips de la compañía para toda una generación; si no, los problemas probablemente se profundizarán.
“Imagine si todas las cosas tontas que lo rodean pudieran estar conectadas”, dijo Lee. “Para Samsung, esta es una nueva gran oportunidad, un enorme cambio de paradigma. Nos beneficiará en todos los negocios”.
El impulso de Internet de Samsung llega justo cuando Apple Inc., Google Inc. y docenas de otros, están evaluando la misma oportunidad. Los gigantes de la tecnología están compitiendo por el liderazgo y colaborando cuando sea necesario. Se prevé que el mercado del Internet de las cosas alcanzará US$7,1 billones en 2020, según la firma de investigación IDC.
Museo de la Innovación
Para demostrar el Internet de las cosas, la empresa está utilizando su museo Samsung Innovation, un edificio con paredes de cristal a unos 30 kilómetros al sur de Seúl. La estructura de cinco pisos y 11,000 metros cuadrados, se parece un poco al museo Guggenheim de Nueva York, pintado casi en su totalidad de blanco con palabras talladas en las paredes: ‘Smart living’ e ‘Inspiring others’.
En un espacio abierto en el segundo piso, hay stands puestos uno al lado del otro. Cada uno está decorado con diferentes interiores para mostrar la vida conectada en hoteles, aviones, centros comerciales o salas de estar.
En el stand de tecnología para la casa, las luces, los electrodomésticos y una aspiradora robot están todos conectados en línea a una aplicación de teléfono móvil. La idea es que se pueda pulsar el interruptor de las luces, calentar el horno o incluso limpiar su sala de estar desde su teléfono antes de llegar a casa. Samsung ha comenzado a ofrecer una versión rudimentaria del servicio en Corea y se expandirá globalmente.
“Nuestra primera misión es llevar su hogar a su vida conectada”, dijo Lee en Samsung. “Por lo menos, usted nunca tendrá que conducir de vuelta a casa durante dos horas preguntándose si ha olvidado cerrar la puerta o apagar la estufa de gas”.