La impresión 3D es una gran apuesta en el campo de la medicina. Sectores privados han invertido en tecnología de punta para perfeccionar y probar las impresoras 3D en diferentes sectores de interés como la ciencia de los materiales, medicina, química, entre otros.

Los resultados positivos que las impresiones 3D han dado a la ciencia, permite que se pueda pensar en nuevos proyectos en cuanto a medicina regenerativa. Los cientificos no descartan el diseño de estructuras visuales, dérmicas o, como en este caso, de órganos humanos.

Organovo, empresa privada que se ha destacado por sus estudios con impresoras 3D en biomedicina, junto a la Universidad de Missouri e Insitutos Nacionales de la Salud (NIH) han anunciado que este año se presentará el primer hígado artificial creado en impresoras 3D. Este órgano diseñado no servirá para transplantes, pero puede será una herramienta para probar los efectos de nuevos medicamentos en proceso y para estudiar posibles tratamientos de enfermedades.

De acuerdo a la empresa, se piensa perfeccionar el modelo, que ya cuenta con la aprobación de organizaciones médicas internacionales, para ponerlo a la venta en el transcurso del año 2015. El órgano artificial solo estará a la venta para estudios médicos, por lo que sólo podrá ser adquirido por organizaciones médicas y universidades.

Organovo afirma que el modelo creado no solo será una copia superficial de un hígado, sino que podrá cumplir con todas las funciones de uno de verdad. En el caso hipotético de usarse para un transplante, el órgano funcionaría hasta cuarenta días después de transplantado. Por supuesto, la empresa apunta a desarrollar modelos que puedan ser comercializados en el mercado y que puedan ser transplantados a humanos de manera permanente.