Milagros Sánchez V.
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Es un mito pensar que el fraude en una transacción financiera se puede eliminar, ya que es una actividad inherente tanto en las compras físicas como online, señaló Rafael Hospina, country manager de PayU Latam para Perú.
La inquietud de muchas empresas es eliminar los riesgos de un fraude electrónico por las compras y ventas de sus productos por Internet, pero Hospina reveló que las pérdidas por fraude son casi mínimas, alrededor de 1% del total de ingresos totales, por tanto la perspectiva de los empresarios peruanos debería cambiar.
Asimismo, contó que los consumidores online de otros países como Brasil y Colombia han incorporado una nueva plataforma de pagos, la cual elimina casi en una mínima proporcionalidad la solicitud de verificación de datos por compra.
“Hace cinco años, Colombia usaba el sistema Verified by Visa, hoy ya no, porque confían en la plataforma de pagos, y de lo contrario, la empresa asume el fraude”, acotó.
Pero, ¿en qué sentido cubre el fraude? Hospina puso un ejemplo hipotético: “Si una empresa vende 100 y confía en la plataforma, si se producen “x” veces de fraude, la compañía venderá solo 99 (bajo un margen de 1% de pérdidas por fraude electrónico). Por el contrario, bajo un sistema de seguridad extrema, ya no vende 99, sino 40, porque los procesos debilitaron la conveniencia del usuario en permanecer en la compra online. Así pierde 60, y eso comparado frente a los 99 que podría ganar bajo una plataforma de fraude, lo recomendable es evidente”, acotó.
El country manager dijo que las empresas deberían analizar si preferirán una plataforma que monitoree y prevenga el fraude, o una que elimine tal fraude solicitando muchos datos. Bajo el segundo mecanismo, las ventas descenderían.
Según Hospina, este cambio de mentalidad en las empresas es necesario, ya que en cierto modo, afecta al desarrollo del comercio electrónico en el Perú. Nuestro país solo posee el 1.5% de participación de la torta a nivel regional, mientras que Brasil posee el 60%, y México, el 20%.
De esta manera, mencionó que una buena manera de impulsar el comercio electrónico es a través de la bancarización, pero en Latinoamérica la penetración de tarjetas de crédito y débito no es tan alta, y será un ‘hueso duro de roer’, pero no imposible.
“Muchas personas prefieren iniciar el proceso de pago de sus compras en Internet, pero prefieren terminar pagando al cash en el mismo centro de establecimiento. Este escenario demuestra que el peruano desconfía de las plataformas online de pagos”, acotó.
Hospina recomendó a las empresas balancear la conveniencia con la seguridad en sus plataformas, ya que el usuario online prefiere rapidez y facilidad en sus operaciones.
De esta manera, “las empresas deberían incorporar un sistema de control que les permita monitorear sus transacciones y verificar los patrones sospechosos de fraude, pero si busca solo eliminar por completo el fraude, hay un coste alto: pérdida de clientes”.
Aprendamos de Brasil
Brasil compone una gran parte de la torta de participación (60%) en el comercio electrónico a nivel Latinoamérica, señaló Raquel Salamandac, coordinadora de productos de PayU Latam en Brasil.
Este resultado positivo, según Salamandac, no llegó de la noche a la mañana, ya que el país vecino lleva invirtiendo desde hace más de 15 años en comercio electrónico.
“Los bancos en Brasil invierten en apps para llevar más comodidad a los clientes, y esto ha permitido agilizar los pagos online a través de sus plataformas”, agregó.
Además, -señaló- más de 40 millones de brasileños usan smartphones (20% de la población) lo cual denota una gran evolución en ese mercado”, agregó.
De acuerdo a Salamandac, el sistema bancario fue un gran impulso para el desarrollo del mercado a través de las tarjetas de crédito. Por tal razón, los bajos precios de los bienes ofrecidos por Internet se convirtieron en unos aliados para los consumidores.