Esta semana, en la conferencia de desarrolladores de Facebook, Mark Zuckerberg, CEO de la compañía, mostró un prototipo de unos lentes de realidad aumentada, al estilo de los Google Glass, pero que lucían iguales a unos ópticos.

Según el fundador de la red social, deben ser así para que todo el mundo quiera usarlos, señala un informe emitido por el diario El Mercurio de Chile.
Lo innovador del dispositivo es que mezcla tanto la realidad virtual (mundos digitales en los cuales el usuario se sumerge) con la realidad aumentada (imágenes reales a las que se les superponen capas de información).

Lo de Facebook es solo uno de los tantos proyectos que siguen en la carrera que abandonó Google Glass, un dispositivo de realidad aumentada que estuvo en boca de todos en 2013, pero que en 2015 dejó de estar en los planes de la compañía.

Estos anteojos permitían operar la interfaz sin usar las manos, ya que reconocía órdenes verbales. Un pequeño cubo transparente delante del ojo hacia las veces de pantalla en la que se desplegaba la información. Además, tenía audífonos y una superficie táctil en una de sus varillas.

Fue un objeto de deseo para los fanáticos de la tecnología y, como grababa video, se los usó en pasarelas de moda, para grabar la práctica de un deporte y hasta los cirujanos se los calzaron para recibir información en la pantalla mientras operaban.

“Requería que el usuario le hablara y mucha gente se siente incómoda conversándole a un dispositivo. Por otro lado, te obligaba a andar con anteojos y la información que se desplegaba podía molestar la visual. Fue un buen invento, pero no llegó a ser innovación”, dice Jorge Pavez, académico de la Universidad Mayor, especialista en tecnologías.

El dispositivo más revolucionario de todos es HoloLens, de Microsoft, que superpone imágenes holográficas a la realidad. La compañía ha mostrado cómo los usuarios pueden jugar Minecraft usando como escenario el living de su casa o controlar las funciones de Windows al visualizar las ventanas en el espacio y moverlas o tocarlas con las manos, tal como en la película “Minority Report”.

Aún no hay fecha para su venta, pero su precio sería mayor al de una consola de videojuegos.