(Bloomberg) La cotización bursátil de Energous Corp. se ha duplicado con creces este año, en gran parte por la promesa de un futuro smartphone sin enchufes eléctricos ni dispositivos de carga.
Energous, con sede en San José, California, es una de varias empresas que compiten por introducir tecnologías que permitirían a nuestros teléfonos, tablets y relojes inteligentes se carguen desde una habitación a otra, todos al mismo tiempo y de manera completamente inalámbrica. Y el 2017 podría ser el año en que finalmente encuentren su camino hacia los hogares de los consumidores.
En el segundo semestre del próximo año, la tecnología de Energous se utilizará en un transmisor que puede cargar dispositivos desde un metro a un metro y medio de distancia usando ondas de radio, según Steve Rizzone, máximo responsable ejecutivo de la empresa. En el 2018, la compañía pretende introducir un transmisor similar que se puede integrar a dispositivos como televisores de pantalla plana para llenar de energía sus aparatos desde cuatro metros y medio de distancia, dijo Rizzone en una entrevista. La empresa declinó ofrecer detalles sobre la cantidad de energía que un dispositivo de Energous podrá emitir a distancia o compartir datos de eficiencia energética.
Aunque las primeras tecnologías de carga inalámbrica han progresado lentamente, la exitosa aplicación del denominado Wireless Charging 2.0 podría ayudar tanto a los gigantes tecnológicos como a los emprendedores a resolver el problema de la movilidad, considerando que los dispositivos necesitan baterías de mayor duración para ser útiles. También desestabilizaría un mercado dominado por la tecnología Qi, incorporada en dispositivos como el Galaxy S7 de Samsung, que requiere la colocación de un dispositivo sobre un panel de carga físico. Según Grand View Research, el mercado de carga inalámbrica aumentaría a US$22.500 millones hacia el 2022, frente a los US$1.870 millones del 2014.
Problemas de eficiencia
“Si no estamos inmersos en el mercado donde la mayoría de los dispositivos posean carga inalámbrica dentro de cinco años, entonces habremos hecho algo sumamente mal”, dijo Jim McGregor, analista de Tirias Research, firma consultora y de investigación de alta tecnología, en una entrevista.
Sin duda, estas nuevas tecnologías aún tienen enormes barreras por superar. La eficiencia de la transferencia de energía disminuye cuando la distancia entre el transmisor y el receptor aumenta, esto significa que las baterías toman más tiempo en recargarse. A una distancia de cuatro metros y medio, apenas una fracción de la carga puede llegar efectivamente al dispositivo. Solo a una distancia cercana a un metro sería práctica la carga inalámbrica, según McGregor. Tecnologías de carga de menor alcance serán exhibidas el próximo año en la Feria Internacional de Electrónica de Consumo y se espera que algunos dispositivos aparezcan a la venta en tiendas minoristas.
En los próximos años, las tecnologías de carga inalámbrica de mayor alcance se podrían utilizar principalmente para alimentar sensores pequeños en vez de los smartphones, que son grandes consumidores de energía, dijo David Green, analista de IHS Markit.
Para que la carga inalámbrica se transforme en una realidad, empresas como Ossia, Humavox y WiTricity deben superar las preocupaciones sobre seguridad y salud. La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, regulador del sector inalámbrico, aún debe establecer si la carga inalámbrica a larga distancia es segura. Luego está el tema de convencer a los fabricantes de que adopten estas tecnologías, que varían entre ondas de radiofrecuencia, ultrasonido y láser. La menor eficiencia de la transferencia de energía a distancia también debe ser considerada.