(Bloomberg) Es mucho pagar US$ 150 por un controlador de juegos que puede dar muerte a extraterrestres virtuales en unos milisegundos más rápido.
El Xbox Elite, que se anunció la semana pasada en la conferencia de videojuegos E3 en Los Ángeles cuesta alrededor de tres veces más que un controlador estándar, o casi la mitad del precio de la propia consola Xbox One, que cuenta con un gamepad.
A primera vista, la estrategia de precios de Microsoft en este punto parece muy alejada de lo que los consumidores están dispuestos a pagar. El aparato de US$ 150, que llegará al mercado en octubre, tiene botones personalizados en la parte posterior y palancas, además de un estuche para transportarlo. En líneas generales, sin embargo, parece muy similar a su predecesor más barato.
Los entusiastas de los juegos, que anhelaban el controlador E3, pudieron ver más allá del parecido. Los cambios, en apariencia menores, constituyen una gran diferencia para los jugadores que pasan horas todos los días dedicados a perfeccionar su desempeño en Call of Duty y Halo. Al crear un producto con materiales premium y elementos de avanzada, Microsoft trata de llegar a un pequeño segmento de la comunidad de juegos que está dispuesto a gastar mucho en herramientas que podrían darles una ventaja en el campo de batalla digital.
Mercado premium
Ese nicho no existía antes en las consolas. Los jugadores norteamericanos gastarán más de US$450 millones en 2015 en controladores de juegos, en su mayor parte para los productos estándar, según estimaciones de la firma de análisis IDC. Pero los jugadores de PC han dado durante años muestras de estar dispuestos a gastar cifras absurdas por un teclado mecánico y un mouse pesado.
Con el Xbox Elite, Microsoft trata de crear un mercado premium entre los jugadores de consola similar al que existe entre los obsesivos de la PC. “Buscan un público muy específico que es relativamente insensible a los precios siempre y cuando haya calidad”, dice Lewis Ward, director de análisis de juegos de IDC. “Hay que pensarlo como la Maserati de los controladores de juegos estándar”. Alrededor del 20 por ciento de los jugadores dedica por lo menos 15 horas semanales a esa actividad, según Ward. Representan un mayor porcentaje de ingresos por accesorios de juegos porque exigen lo último y lo mejor a los efectos de conseguir una ventaja.
El nuevo controlador de Microsoft, que también funciona en PC con Windows, es el primer intento en esta generación de consolas de vender hardware agregado a jugadores premium, dice Ward. Consolas anteriores han tratado, por lo general sin éxito, de vender accesorios de nicho. Con frecuencia se trató de elementos periféricos especializados que sólo funcionaban con un reducido grupo de juegos. “No pienso que vayan a vender grandes cantidades, pero no me parece una mala apuesta en conjunto”, dice Ward.