Si por algo se caracterizan los lanzamientos de Apple es por el secretismo con el que la compañía intenta mantener su producto estrella.

Pero las filtraciones y rumores son una constante que se intensifican aún más en las semanas previas a la presentación y que, como ya se ha demostrado en otras ocasiones, suelen estar bastante bien encaminadas.

La primera duda que se tendrá que despejar será el tamaño de la pantalla. hasta el momento los de Apple se han negado a aumentar las pulgadas de su iPhone porque, según ellos, las 4 pulgadas son las perfectas para el uso habitual del smartphone.

Si los pronósticos se cumplen y los vídeos filtrados corresponden a la realidad, el iPhone 6 tendrá una versión de 4.7 pulgadas y posiblemente otra de 5.5 pulgadas.

Físicamente, los dos teléfonos mantendrán la estética que Apple ha guardado en sus anteriores iPhones, pero parece que apostará por un aspecto más redondeado, tal y como hizo en el 5C.

También cambiará la situación del botón de bloqueo, que se colocará en el lateral derecho para facilitar su uso, pues con unas dimensiones más grandes se dificultaría su uso en la parte superior. Además, la resistencia será uno de los puntos más importantes. El nuevo teléfono contará con cristal zafiro, seguramente en la versión de tamaño, que le otorgará mayor seguridad y protección.

En cuanto a su funcionamiento, el iPhone vendrá equipado con la nueva versión del sistema operativo que Apple presentó antes del verano, iOS 8. Además, todo apunta a una mejora en la cámara de fotos, que no necesariamente vendrá acompañada de un aumento en el número de megapíxeles del terminal.

Otro de los aspectos que más se ha debatido ha sido la autonomía. Los rumores más fiables apuntan a que tendrá una batería de 2.915 mAh que se optimizará mediante el uso del nuevo procesador A8, con cuatro núcleos. Respecto a la memoria RAM, serían de esperar los 2 GB de RAM, pero algunos expertos aseguran que Apple se quedará en un giga.

También es muy esperado el nuevo conector USB reversible y la incorporación de la tecnología NFC para realizar pagos de forma más segura.

Si finalmente todo esto se cumple, también es posible que el precio de los teléfonos también suban. El de mayor tamaño alcanzaría los 950 euros en su versión más alta mientras que el más pequeño se mantendría en torno a los 750.