Científicos creen que es posible que nuestras defensas frenen los tumores antes de que sean detectables. Sin embargo, los tumores cancerosos serían aquellos en los que las células malignas han conseguido propagarse sin ser descubiertas por el sistema inmunitario.
Este funcionamiento descubierto por William Coley hace un siglo trató de dar los primeros indicios de cura contra el cáncer aunque sin éxito alguno.
Según la revista Science, los avances que se hicieron en investigación básica le otorgaron a la inmunoterapia el reconocimiento de hallazgo científico de 2013 y desde entonces sigue creciendo.
Este crecimiento demuestra que ahora oncología e inmunología están trabajando juntas siendo el principal tema del Congreso Internacional de Inmunología desarrollado en Melbourne, la semana pasada.
Jonathan Cebon, director del Insituto de Investigación del Cáncer Olivia Newton-John advierte que aún no se sabe por qué la inmunoterapia funciona en solo en unos pocos sujetos.
Tratamientos
La mayoría de los tratamientos con inmunoterapia ayudan a las defensas del cuerpo a localizar y erradicar el cáncer. Por ejemplo, el caso en el caso de la Keytruda neutraliza una proteína de la superficie de las células cancerígenas conocida como PD1, para que los linfocitos no luchen contra ellas.
Hay otra técnica como la de extraer glóbulos blancos del paciente, del tumor o fuera de él, seleccionar los que tienen mayor actividad antitumoral para cultivarlos y activarlos, para así implantarlos de nuevo en el enfermo.
Además, hay otra alternativa como la inmunoterapia. La idea es avisar al sistema inmunitario de que el cáncer está ahí, para lo cual se extraerán las células cancerosas que se manipulan para que las defensas puedan dar una respuesta correcta al tumor. Aunque la primera vacuna de este tipo se aprobó en Estados Unidos en 2010 se usa para algunos tipos de cáncer de próstata.
El cáncer no es una sola enfermedad, sino que debido a su agresividad engloba muchos procesos y cada uno requiere investigaciones específicas y creación de vacunas también, que podrían ayudar a detener la proliferación de células cancerosas, reducir el tumor, eliminar las resistentes o evitar que reaparezcan.
Experimentos
En el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos se está tratando el cáncer de próstata y según Jay A. Berzofsky, director de la sección de inmunogenética y vacunas, los resultados de las primeras fases de su investigación, presentadas en el Congreso Internacional de Inmunología de Melbourne, demostraron una evolución positiva en 75% de los pacientes.
Afirma que hay gran ventaja en el cáncer de próstata pues hay un marcador biológico que indica su evolución, el PSA. Por ello se inoculó la vacuna tras eliminar el tumor y se observó los niveles de esta sustancia.
El crecimiento se redujo en tres cuartas partes de los pacientes tras la administración de la inmunización. “De tener éxito, esta misma vacuna podría ser también efectiva contra un tipo de cáncer de mama, lo que sucede es que es más difícil experimentar con él”, asegura el científico.
La técnica del futuro
Cebon calcula que en 10 años la inmunoterapia podrá sustituir a los tratamientos más agresivos en cánceres como próstata, melanoma, estómago y mama. Pero para lograr efectividad tendrá que combinarse con cirugía, radio y quimioterapia, según señala Robert G. Ramsay, del Instituto de Cáncer Peter MacCallum de Melbourne.
Cabe resaltar que los fármacos son nuevos y todavía se está observando a los pacientes que se han beneficiado de ellos.
Por eso Laurie H. Glimcher, presidenta del Instituto de Cáncer Dana-Farber de Boston indica que se espera que estos tratamientos eviten que nuestros hijos y nuestros nietos mueran de cáncer, pues en un par de décadas será una enfermedad crónica, y no mortal, como el VIH.