¿Con quién?, ¿dónde?, ¿habrá llegado bien?, ¿me habrá mentido? son ejemplos de preguntas frecuentes entre los padres de adolescentes. Para ellos, las tiendas Google Play y App Store rebosan de aplicaciones de control parental; algunas rayan en el espionaje: se instalan en los celulares, monitorean los movimientos de los hijos y hasta alertan si se separan del camino. Están aquellas por las que, además, se accede a la cámara del teléfono o a mensajes de texto borrados.
Dentro de este rubro, Life 360 superó los 10 millones de descargas; Family Locator y Kids Place, otras populares, el millón (ver Apps destacadas). CeluMap, una uruguaya disponible solo para Android y con convenio con Antel y Movistar, fue descargada más de 5.000 veces. Todas comparten un objetivo: la seguridad del ser querido.
Pero usar la tecnología para vigilarlos puede o no ser una solución porque no siempre está claro dónde se debe poner el límite. El deseo de velar por su seguridad y el derecho a la privacidad son valores que entran en pugna.
Otras voces son más críticas. Samuel Gibbs, periodista de tecnología del diario inglés The Guardian, ha dicho que la tendencia, que incluye dispositivos como pulseras y relojes inteligentes, “tienen un parecido sorprendente con los que se utilizan para realizar un seguimiento de los delincuentes que son reinsertados en sociedad” (ver Wearables de control).
¿Papá espía o papá sembrador?
El padre que se cuestiona si debe o no instalar este tipo de aplicaciones deberá, primero, saber cuál es la acción más adecuada según la edad de su hijo. “No es lo mismo hablar de control parental de un niño de 6 o 7 años que de uno de 15”, apuntó Balaguer.
Hasta aproximadamente los 8 años, los mecanismos que un padre pueda implementar ayudan a no exponer a sus hijos a situaciones de acceso a contenidos que son inapropiados para su edad o para evitar que entren en contacto con gente que puede resultar peligrosa. En este sentido, Balaguer entendió que el uso de una herramienta tecnológica de control parental es necesaria. Aquí aparecen herramientas como Kids Place que permiten bloquear ciertas aplicaciones o descargas automáticas.
Luego, hasta la mediana adolescencia –por los 16 años– “debe primar” el monitoreo por lo que el uso de aplicaciones de vigilancia puede ser “considerable”, a juicio de Balaguer. Por ejemplo, cuando se supone que algo anda mal (por ejemplo, acoso escolar o drogas), la tecnología puede ser una vía para hallar la verdad. No obstante, el experto recomendó no olvidar que padres e hijos deben conversar. La clave está en la confianza.
La tercera etapa corresponde a edades posteriores, cuando los jóvenes ya pasan muchas horas conectados y gran parte de su socialización es a través de las redes. En este momento, muchas veces los padres no saben con quiénes se vinculan realmente y, por eso, aparece la necesidad del control. “Hay muchos padres que por miedo buscan controlar y a veces ese propio miedo funciona en el modo inverso”, precisó. Ante padres “hiper controladores”, muchas veces hay niños o adolescentes que toman mayores riesgos. “Hecho el control, hecha la trampa”, señaló.
En el estudio Impacto de la Tecnología en niñas y niños de América Latina, una investigación realizada por la asociación Chicos.net, se definen cuatro perfiles de padres según su postura ante la vigilancia electrónica de sus hijos.
El padre “espía” es el que “no duda en vulnerar la intimidad de su hijo, amparado en que lo hace ‘por su bien’”; lo hace sin que medie una charla o remordimientos. El padre “marcador” es el que se reconoce como “temeroso, sobreprotector” y asume que sus hijos siempre serán “inocentes, ingenuos y, por ende, muy vulnerables”. A estos se le agrega el padre “guardaespaldas” que controla “tímida y débilmente, sin hacer notar la ‘presión’” para no generar roces con sus hijos. El último tipo de padre es el “sembrador”, el que busca estar presente. De todos, es el que se demuestra más respetuoso de la privacidad de sus hijos.
Coordenadas de tranquilidad
Existe una aplicación disponible en el país para localizar a personas a través de su celular que no pretende ser una herramienta de espionaje, sino un trato entre ambas partes. Su nombre es CeluMap y fue creada por la empresa uruguaya In Switch.
Durante su desarrollo se consideró el punto de vista de padres y allegados que comunicaban que querían contar con una solución para la problemática y así se decidió poner el foco en la familia, pero puede ser utilizada en el ámbito laboral.
La aplicación fue lanzada al mercado a finales del 2014. Cuenta con dos versiones: la que puede descargar cualquier usuario y las alternativas que se crearon para los operadores telefónicos Movistar y Ancel y que ellos mismos venden bajo su marca y que, como principal diferencia, no necesitan que la otra persona la tenga instalada.
Para seguir a alguien, éste debe autorizar que se lo ponga debajo del radar. Le va a llegar un mensaje de texto o una notificación con un código que permitirá que sea rastreable por el sistema. Pero como dijo Balaguer –“hecho el control, hecha la trampa“– se puede hacer la transacción sin que se dé cuenta el otro usuario si su teléfono está desbloqueado. “CeluMap queda activo, pero no es la idea”, dijo a Cromo Mauro Gerner, ingeniero a cargo del desarrollo de la app.
Ha pasado que algunos clientes quieren que CeluMap sea una herramienta de espionaje y piden a los desarrolladores que no requiera autorización, pero el sistema no lo permite. Al día siguiente de darse de alta, la app envía un mensaje al usuario recordando que dio autorización para ser localizable. No importa si el GPS del celular está inactivo, dado que CeluMap trabaja con las operadoras telefónicas. El GPS aporta una localización más exacta.
“La herramienta no apunta a decir está en tal esquina, sino a decir que está en determinada zona. No es la intención decir ‘está acá’. Más que nada es para decir ‘no está en tal lado’”, comentó el ingeniero.
CeluMap también permite hacer consultas históricas para ver, por ejemplo, dónde estuvo el celular entre dos fechas determinadas. El usuario también puede programar seguimientos automáticos y definir notificaciones cuando ese celular entra o sale de una zona de seguridad (o “geo-cercas”), por ejemplo, para alertar cada vez que los hijos salen del colegio.
La app también permite restringir los horarios para la geolocalización. Por ejemplo, puede ser activada de lunes a viernes entre las 9:00 y las 17 horas, durante el horario de estudio, o al revés, sábados y domingos, para controlar las salidas nocturnas.
In Switch busca ahora transformar CeluMap en una herramienta que también sirva para el hijo. “La idea es agregar un botón de pánico, para que si los hijos tienen alguna dificultad puedan apretarlo. A los padres les llegaría un mensaje preconfigurado con un mensaje de alerta y la localización”, añadió Gerner. También se trabaja en el desarrollo de CeluMap para otros dispositivos.
Falta de control
“Lo que se ve en líneas generales es falta de control. Los padres tienen un enorme desconocimiento de cuáles son las cosas que hacen sus hijos en el ámbito de las redes sociales o con los celulares”, afirma Balaguer. Si bien estimó que, por ahora, el porcentaje de padres que le consultan por las implicancias del uso de estas herramientas para controlar o limitar a sus hijos es bajo, este es un tema frecuente en los talleres que realiza en colegios, instituciones, clubes y empresas.
Wearables de control
KizON de LG: LG lanzó la pulsera KizON, diseñada para permitir a los padres hacer un seguimiento del lugar donde se encuentran sus hijos. El dispositivo utiliza señales GPS, wifi e internet móvil para identificar la ubicación del usuario en tiempo real y envía la información a una aplicación para Android. Además, los padres podrán comunicarse directamente con sus hijos.
Filip: Filip se usa como un reloj y luce como uno, pero es bastante más que eso. Permite a los padres seguir a sus hijos mediante un sistema de geolocalización y contactarlos mediante mensajes de texto y llamadas. El dispositivo funciona con una app gratuita para iOS y Android, que se instala en el teléfono de los padres. Se pueden programar hasta cinco números de teléfono.
Apps destacadas
1.- Life 360: Esta app permite saber dónde están los diferentes miembros de la familia y cuenta con un botón SOS para pedir auxilio si es necesario. El usuario puede configurar alertas para que avise, por ejemplo, cuando el niño llegó a la escuela. *iOs y Android. Gratis
2.- Family Locator: Family Locator GPS Tracker es otra aplicación para localización familiar, seguridad infantil y alertas de emergencia. El sistema permite intercambiar mensajes con los seres queridos de forma gratuita. iOS y Android. Gratis
3.- Kids Place: Crea una zona segura en el dispositivo para niños. Impide que los niños accidentalmente descarguen aplicaciones, realicen llamadas telefónicas, envíen mensajes de texto u otras acciones. Cuenta con un temporizador que limita el tiempo de uso del dispositivo. Android. Gratis
4.- Qustodio: Permite personalizar la navegación bloqueando páginas peligrosas, establece límites de uso, envía alertas de acciones sospechosas, entre otras opciones. La función de bloquear aplicaciones queda reservada solo para la versión de pago. Android. Gratis
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