Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)
Con conectividad propia y una pantalla curva y táctil de dos pulgadas que se ajusta a la perfección, permite mover los menús con solo deslizar el dedo. Una nueva joya a la que no le hace falta un móvil cerca.
En lo que a relojes inteligentes se refiere, la compañía coreana siempre va a lo suyo y por delante de la competencia. Aunque cuenta ya con varios modelos de «smartwatches», la nueva criatura llama la atención por su diseño cuadrado y elegante, y por su alta tecnología.
Y es que no estamos sólo ante un teléfono de muñeca. Para empezar, el Samsung Gear S se ajusta a la perfección, y cuenta con una pantalla curva táctil de dos pulgadas que permite mover los menús con solo deslizar el dedo.
Pero además el reloj sobresale en cuanto a conexión, ya que contiene WiFi y Bluetooth, y se distingue en el 3G, una conectividad propia que permite una experiencia completa de comunicación en nuestra muñeca.
De hecho, se pueden realizar o recibir llamadas directamente desde el reloj, y también se pueden recibir las del teléfono al que lo tengamos hermanado sin tener el móvil cerca.
En su sistema operativo, el Gear S apuesta por Tizen, una plataforma propia con múltiples aplicaciones como reproductor de música, lector de noticias, registro de actividad… , unas aplicaciones que sin el móvil aportan mucho valor.
Nos encontramos por último con capacidades de navegación y sensores para desempeñar funciones de ritmo cardiaco, GPS, aceleródromo, brújula o barómetro, y en su memoria se puede introducir música para luego escucharla.
Resistente al agua y al polvo, llega además con unos nuevos auriculares a los que se puede sacar mucho partido.
En cuanto a diseño, el reloj permite personalizarlo a nuestro gusto modificando la carátula principal, con distintas correas intercambiables desde los modelos más futuristas y funcionales a los más exclusivos y elegantes.