Con la presentación del iPhone 5C, Apple dio a conocer su estrategia Chevrolet, aunque siempre se ha diferenciado por ser el BMW de la industria de la electrónica y la informática. Al menos, así lo considera Adam Lashinsky, de Fortune.
Empero, el movimiento agresivo de la manzana hacia el “extremo inferior de sus teléfonos inteligentes” debió estar acompañado de un acuerdo crucial, para ampliar sus márgenes de ganancias poniendo énfasis fuera de los límites de EE.UU.
Para Carl Howe, de Yankee Group, es el iPhone ‘C’ de ‘China’, no de barato (‘cheap’). Por ese motivo, se hubiera esperado un acuerdo con China Mobile -el mayor operador de telefonía de ese país- puesto que concentra -nada más y nada menos- el 65% del total de suscriptores.
“El hecho es que Apple no sabe que la principal demanda para el iPhone 5C estará en los mercados en desarrollo (China e India)”, sustentó Howe en conversación con Philip Elmer-DeWitt, editor de Fortune.
Dado a que China representa un mercado sumamente atractivo para los de Cupertino, un acuerdo con el citado operador le hubiera garantizado altos márgenes de ganancias. Para que un smartphone tenga espacio suficiente en el país asiático, debe costar alrededor de US$ 200. El iPhone 5C está US$ 99.
Quizá no sea una oportunidad totalmente perdida para la norteamericana, ya que aún puede llegar a un trato con China Mobile. Basta recordar que los consumidores chinos adquieren, en conjunto, más smartphones que los clientes de Estados Unidos, India, Japón y Reino Unido juntos.
Con un iPhone 5C bajo la manga -y con el respaldo de China Mobile- Apple podría ascender hacia una posición privilegiada en el mercado chino, donde actualmente ocupa el séptimo lugar dado a la venta de dispositivos costosos.
El otro gran agujero que dejó la multinacional tiene que ver con el sensor de huellas digitales, bautizado como TouchID. Muchos observadores esperaban que el sistema del iPhone 5S se empleara de manera doble.
Para Philip Elmer-DeWitt, el TouchID no solo hubiera servido como mecanismo de seguridad para usar el teléfono, ojalá hubiera sido posible emplearlo, de modo sencillo, para hacer compras sin dinero en efectivo o tarjeta de crédito. Así que hubo cierta decepción el martes -consideró-.