(Bloomberg) China ha sido uno de los más fiables reductos de Apple durante su histórico período de dominación tecnológica. Aun cuando las ventas comenzaron a estabilizarse en Estados Unidos, Europa y Japón, China fue un amortiguador, al presagiar un mercado masivo de clientes de la nueva clase media en busca de un teléfono inteligente de marca y de gama alta.
Las ventas en la Gran China, que también incluyen Taiwán y Hong Kong, crecieron 84% a US$ 58,700 millones en 2015, convirtiéndola en el segundo mercado más grande para la compañía después de Estados Unidos. El máximo responsable ejecutivo de Apple Tim Cook colmó a la región con elogios en su momento por su importancia para el futuro de la compañía.
La confianza de Apple en el país ahora se pone a prueba. En una llamada en conferencia con analistas después del informe de ingresos de este martes, Cook dijo que la compañía está comenzando a ver una “debilidad económica” en la región, particularmente en Hong Kong. China ya no puede compensar la lentitud en otras partes o de contrarrestar una desaceleración más amplia en el mercado global de teléfonos inteligentes. Incluso con la temporada de compras por el Año Nuevo chino cerca, Apple proyecta su primera caída trimestral de las ventas desde 2003.
“Necesitamos tomar en cuenta las oportunidades de negocios que tenemos, pero también las realidades de un ambiente económico que no es el ideal en este momento”, dijo Luca Maestri, el director financiero de Apple, al señalar que las ventas en Brasil, Canadá, Japón y Rusia también son afectadas por el malestar económico global.
Cook se mantiene optimista sobre China y prometió que Apple invertirá incluso con cualquier recesión. Y dados los recursos de la compañía (todavía tiene la enorme cifra de US$ 216,000 millones en su balance), se puede dar el lujo de jugar a largo plazo. Tiene 28 tiendas en la China peninsular ahora y tendrá 40 este verano boreal. “Creemos que esto, también, debería pasar”, dijo Cook. “No estamos recortando. No creemos en eso. Afortunadamente somos lo suficientemente fuertes para seguir invirtiendo, y pensamos que hacerlo está en el interés a largo plazo de Apple”.
Las tendencias demográficas están trabajando a favor de la compañía. Cerca del 80% de la población del país todavía usa teléfonos viejos que corren en redes 3G. Esos clientes estarán en el mercado cuando finalmente decidan mejorar. En 2010, Cook dijo que menos de 50 millones de personas en China eran consideradas clase media, pero se espera que para 2020 ese número salte a 500 millones. Apple está preparada para beneficiarse a largo plazo si China hace la transición hacia una economía más guiada por el consumo, lejos de su énfasis en la manufactura. “No estoy de acuerdo con las predicciones pesimistas”, dijo.
Sin embargo, los resultados del martes dejaron claro que Apple ya no es una compañía con híper crecimiento que se aprovecha de un mercado de teléfonos inteligentes en expansión y de una boyante economía china. Por primera vez desde que Steve Jobs introdujo el iPhone en 2007, la compañía proyecta que las ventas trimestrales de su teléfono caerán.
Las ventas en la Gran China también podrían caer. Mientras tanto, otros productos como el iPad (que ha caído durante ocho trimestres seguidos) y el Apple Watch (no se presentaron datos) no dan señales de llenar el vacío.