(Bloomberg).- En el documental “Living With Michael Jackson” (“Viviendo con Michael Jackson”), del 2003, se veía al extinto Rey del Pop comprar muebles y piezas de arte en una tienda de Las Vegas, señalar cosas que le gustaban y luego salir del local dejando a sus colaboradores para pagar la cuenta. Ahora una startup de Japón trata de hacer que esa experiencia de compra sea una realidad para todos.
La aplicación de Primo permite que los usuarios eviten el trámite de pago por medio de sus teléfonos inteligentes. El escaneo de un código QR completa una compra de forma instantánea. La startup de ocho personas apuesta a que las empresas contratarán el servicio.
Desde su debut en octubre, Primo ha atraído a 90 empresas en Japón, entre ellas una productora de chocolate, la marca de té que prefiere la familia imperial japonesa y la fabricante de equipamiento de audio Bang & Olufsen.
“No hay que ser multimillonario para comprar de esta forma”, dijo Abasa Phillips, fundador de Primo Inc., que tiene sede en Tokio. “Muchas compañías trabajan en la optimización del registro, pero el problema es la espera de 10-15 minutos para comprar algo”.
Si bien podría parecer que la compra online ya supera a la presencial, el comercio electrónico sigue estando por debajo de las compras realizadas en las tiendas físicas: representa menos de 10% del total en los Estados Unidos. Amazon.com Inc. lo ha advertido, y en diciembre lanzó una tienda que permite a los compradores tomar productos e irse sin tener que hacer fila para pagar o escanear los artículos.
Primo sostiene que sus etiquetas de QR (respuesta rápida) son más baratas y fáciles de presentar y que toda cámara de teléfonos inteligentes puede leerlas. Si bien los códigos QR no son tan comunes en los Estados Unidos y Europa, están en todas partes en Japón, China y otros países de Asia.
Las etiquetas –que proporciona el servicio de mensajes WeChat de Tencent Holdings Ltd.- se popularizaron con rapidez en los gigantes tecnológicos Alibaba Group Holding Ltd. y Baidu Inc., y se las usa desde para compartir contactos hasta para pagar viajes de taxi.
“La mayor parte de las compañías tecnológicas quiere usar siempre las últimas novedades, por lo cual adoptaron de inmediato el uso de códigos QR”, dijo Phillips en una entrevista realizada en la oficina de la compañía en Harajuku, el distrito de moda joven de Tokio. “Sus posibilidades se comprueban en China, donde cada tienda, cada producto y tarjeta de negocios tiene un código QR”.
Phillips, que tiene 40 años, nació en Filadelfia y lleva más de 10 año viviendo en Japón, donde trabaja en administración patrimonial y pagos digitales. Fue uno de los primeros en adoptar el bitcoin y creó un servicio de billetera de la moneda virtual que quebró al derrumbarse la bolsa Mt. Gox de Tokio.