La carita sonriente que muchos incluyen en sus correos electrónicos, mensajes de texto o en redes sociales tiene ya 32 años desde la primera vez que fue utilizada por Scott Falham, un científico de computación de la Carnegie Mellon University, para dar a entender que estaba haciendo una broma en un correo.
En ese momento era solo la combinación entre dos puntos, un guión y un paréntesis pero ahora no solamente cobró color sino que ha derivado en tantas emociones que hay una que reproduce la cara del desesperado personaje del cuadro El grito, de Edvard Munch.
Aunque en el ámbito laboral son vistos como “poco serios” y aún hay personas que se les resisten, un artículo publicado en The Next Web resume algunas razones basadas en estudios científicos por las que es recomendable usarlos.
En el trabajo
Según indica el artículo, los emoticones están cobrando cada vez más espacio en la comunicación laboral en algunos sectores. En la Universidad de San Luis, Missouri, un grupo de investigadores comparó la reacción de la gente al recibir dos tipos de mensajes, uno laboral y otro en un tono más amistoso, con y sin emoticones.
Los resultados mostraron que incluso en los casos en que se trataba de un correo con una propuesta de entrevista para un empleo, los receptores reaccionaban de forma positiva ante los íconos. La inclusión de emoticones en los mensajes era para el receptor una demostración de agrado.
Aunque en los mensajes laborales se espera cordialidad y un tono impersonal, “usar emoticones en correos puede transgredir esto con un gesto amigable, emocional y personal”, concluye el estudio.
Y en los casos en que se necesita ayuda para que una crítica no sea tan pesada, los emoticones pueden dar una mano. Una corrección, crítica o comentario negativo de un superior es mejor recibido si va acompañado por un emoticón sonriente, constataron investigadores de la Universidad de Hong Kong.
En redes
¿Más emoticones es igual a más popularidad? Esto es lo que concluye el análisis de 31 millones de tuits y medio millón de publicaciones de Facebook realizado por la Universidad de Cambridge.
Al analizar todas las publicaciones a través de diferentes métodos y priorizando determinados parámetros, los investigadores se dieron cuenta que estos íconos eran un denominador común en los posts más influyentes.
Un ícono que refleja una emoción genera la misma reacción en una persona que el gesto real en un rostro humano. Esto pudo comprobar un grupo de científicos que durante 2013 se dedicó a experimentar las reacciones de 20 personas ante diferentes símbolos.
Al parecer, los gestos son formas de atraer la atención de las personas y muchas registran más la gestualidad que otras formas de comunicación. La investigación comprobó que cuando el cerebro identifica la forma de una cara sonriente, por ejemplo, su cerebro actúa de forma similar a cuando identifica una sonrisa.
El Observador de Uruguay
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)